Diario Judicial se pone a analizar los prejuicios sobre la abogacía: ¿Existe la industria del juicio? ¿Es sencillo vivir del ejercicio de la profesión? ¿Por qué los estudiantes siguen eligiendo la carrera de Derecho? Opinan el presidente del CPACF, Jorge Rizzo, el presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, Leon Piazek, y el secretario General de la Unión de Trabajadores de Estudios Jurídicos, Julio Romero. Sergio Massa apuntó contra los letrados "zánganos" que "lucran" de las ART.
En homenaje al autor de las “Bases y puntos de partida para la organización política de la Confederación Argentina”, por elección de la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA), desde 1958, el 29 de Agosto se celebra en todo el país el Día del Abogado.
Profesión liberal por excelencia, la abogacía nunca perdió prestigio y sigue siendo vista como la puerta de entrada a la movilidad social ascendente. Pero con una realidad que incluye precarización laboral, grandes clientes en manos de pocos estudios, se relanza la pregunta: ¿Todavía se puede vivir del ejercicio de la profesión independiente?
Las estadísticas no mienten, en un país en el que faltan ingenieros, sobran abogados: un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina, de la Universidad de Belgrano, llega a la conclusión de que uno de cada tres graduados universitarios es abogado o licenciado en Economía y Administración y que por cada 100 nuevos abogados se gradúan 31 ingenieros.
El Estudio, llamado “La eficacia en la graduación universitaria”, puntualiza que en ámbito de la educación pública, por cada ingeniero se gradúan 2,4 abogados, lo que se acrecienta en casos de las universidades de gestión privada: por cada ingeniero se gradúan 20 abogados.
Dificultades laborales
Con estos resultados surgen varios interrogantes: El principal, obviamente, radica en saber por qué se sigue eligiendo la carrera de abogacía. De allí, se pueden elaborar muchas hipótesis, la primera es la variada oferta laboral para los abogados: pueden trabajar en la Justicia, en la Administración Pública, en el departamento legal de una empresa, en la docencia – como profesor o investigador-, entre otras muchas opciones y posibilidades.
Pero más allá de eso, la imagen clásica del abogado en su estudio jurídico y la “chapa” en la puerta sigue siendo una meca para todo aquel que se siente a estudiar derecho. Pero lo que hace años parecía el paso seguro luego de la obtención del título, para muchos jóvenes profesionales, hoy por hoy, es más un camino sinuoso.
El mercado de trabajo para los abogados que ejercen la profesión se encuentra, desde hace varios años, en crisis. Un artículo del diario La Nación en el año 2001 es de una alarmante actualidad: se titula “Los abogados, cada vez más lejos del ejercicio independiente” (http://bit.ly/2bUSlkA) y detalla las dificultades que afrontan los graduados de derecho a la hora de insertarse en el mercado de laboral: trabajo precarizado en relación de dependencia, dificultad de ingreso a la Justicia e innumerables problemas si uno tiene la posibilidad de ejercer la profesión por cuenta propia, con dificultades para el cobro de honorarios, o su cobro por debajo de la ley con tal de obtener clientes.
Ello, si un abogado tiene la “suerte” de trabajar de lo que estudió. Otro de los problemas que afrontan los jóvenes leguleyos a punto de recibirse o con el diploma todavía caliente en sus manos, es que no logran ingresar a un mercado sobresaturado de oferta, pero con no tanta demanda.
Diario Judicial habló al respecto con Julio Hernán Romero, Secretario General de la Unión de Trabajadores de Estudios Jurídicos (UTEJ), quien manifestó que en la actualidad existen dos escenarios para los estudiantes de abogacía a punto de recibirse. Uno es el escenario académico, con una práctica profesional que a su entender “es muy tardía”. “Uno cursa el práctico el último año, y para alumnos que no tuvieron experiencia anterior, en un año no llega a aprender lo que es un proceso”, le señala el directivo de la UTEJ a este medio.
“En el medio, muchos estudiantes por ansias de aprender buscan trabajo en un estudio, a veces con sueldos muy bajos”, señala Romero.
Del otro lado, manifiesta que hay un alto porcentaje de estudiantes o noveles abogados que no ejercen, se dedican a otra actividad. “La mejor opción es el ingreso al Poder Judicial” agrega el Secretario General, que reconoce que es difícil ingresar a la Justicia, pese a que desde el año 2013 existe una Ley que dispone el Ingreso Democrático a los Tribunales, siempre visto bajo la óptica del siempre criticado nepotismo de la “Familia Judicial”. Es que la Corte Suprema de Justicia no reglamentó aún la norma.
Para los que no logran ingresar a la Justicia y quieren ejercer la abogacía, le espera un futuro difícil trabajando como abogado en relación de dependencia. Los números que maneja la UTEJ no son un aliciente, en promedio, un estudiante de derecho cobra un sueldo de $5.000, y un abogado recién recibido $8.000. Los costos de tener ruedo.
Cómo salen los abogados de la Facultad
Sin embargo, nada parece detener a los que quieren que el ejercicio tribunalicio sea parte de su vida cotidiana: la matriculación de abogados es algo corriente en la Capital Federal, de las ciudades con más abogados per cápita: el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal tiene 80.000 matriculados
Jorge Rizzo, presidente del CPACF, le explica a Diario Judicial porqué la abogacía sigue seduciendo a tanta gente: “La abogacía a es más vieja que la medicina, Caín mató a Abel, y lo primero que necesitó no fue un médico, sino un abogado para defenderlo”, se vanaglorió el recientemente reelecto presidente del Colegio profesional, que este año tiene un doble festejo, por los 30 años de la institución.
Rizzo entiende que la abogacía “es atractiva ya que desde ámbitos tan disímiles como la farándula o la política, siempre hay abogados”, y también sostiene que la necesidad de Justicia es otro punto importante por el cual crece el interés por el Derecho. “Las encuestas de los últimos años siempre dan como resultado un mayor reclamo de Justicia por parte de la sociedad y el abogado, como parte esencial del sistema de administración de Justicia, sigue teniendo un rol preponderante”
Rizzo reconoce también que es necesaria una mayor capacitación profesional, “cada vez las Universidades nos mandan abogados que saben menos”, cuestiona Rizzo, para quien “es imprescindible que haya mejor enseñanza universitaria para darle mayor prestigio al ejercicio de la profesión”. El presidente del Colegio repite que hay un interés grande de los nóveles abogados por aprender, pero que vienen a matricularse “sin conocimiento para ejercer la profesión”.
La otra cara de la moneda en lo que hace al ejercicio de la profesión de manera independiente, asegura Rizzo, es la pauperización del trabajo de abogado, con honorarios bajos y con poca celeridad en el desarrollo de las causas, lo que equivale a que el abogado tendrá que esperar más tiempo para poder cobrar sus honorarios, de por sí desactualizados. “Por estas razones hemos remitido al Congreso el proyecto de Ley de Honorarios, para darle respuesta a esas dificultades”
¿Existe la industria del Juicio?
Desde distintos sectores se ha fogoneado el concepto del abogado laboralista “carancho” que inicia causas fraudulentas por accidentes de trabajo para cobrar un alto porcentaje de honorarios. Hace unos años, cuando se refirió al incremento de juicios en el fuero previsional, la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner habló de “los buitres y los caranchos” que “no están solamente fuera (del país), también hay desafortunadamente adentro, y muchas veces se lanzan sobre el Estado”
El pasado domingo, en el marco de una entrevista en el programa Animales Sueltos, el diputado y fundador del Frente Renovador, Sergio Massa también se metió en el tema, dijo que “este es el país del curro de los abogados laboralistas que se afanan la plata de las empresas y la plata de los laburantes" .Según Massa, älrededor del sistema de las ART hay 1.000 o 2000 abogados que son zánganos"' que se aprovechan de empresas y trabajadores.
Pero este prejuicio, ¿tiene asidero? Leon Piazek, presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, señaló que lo que hay es “una industria del incumplimiento de las normas laborales y de la seguridad social, y por eso se generan juicios”.
Piazek dijo desconocer la existencia de un sector que puede llegar a inventar juicios, “pero si es así, es minoritario”, aclaró. El actual presidente de la Asociación sostiene que la idea de “caranchos” es “una forma de estigmatizar a los trabajadores”, y le pone un manto de sospechas sobre la idoneidad y honorabilidad de los jueces, que son los que finalmente resuelven los reclamos de esta índole.