1. PRESENTACIÓN

 

Enun mundo tumultuoso,  donde el fin de laGuerra Fría dio paso al comienzo de la Paz Caliente, diversas regiones delglobo experimentan un preocupante aumento y escalamiento de actos violentos, deacciones terroristas donde miles de personas pierden la vida, y donde laslógicas de los distintos actores involucrados se dispersan entre una multitudde reclamos e intentos de acción.

 

Elcontinente americano no es una excepción a esta situación. El atentado del 11de septiembre a las Torres Gemelas, los alzamientos populares en Bolivia, enVenezuela, y actualmente en Haití, nos convoca a pensar en mecanismos depromoción de la estabilidad y la seguridad en nuestra región.

 

Lospaíses del Cono Sur americano enfrentan el insoslayable reclamo de susciudadanos en aras a la búsqueda de soluciones concretas a las necesidadesbásicas de sus habitantes. Los gobiernos de turno, agobiados por las exigencias de la deuda y losdesafíos de la competitividad internacional, poco o nada reaccionan ante lascrecientes muestras de desinterés por parte de los electorados nacionales.

 

Las empresas transnacionales persiguen la búsqueda deganancia y exigen a los gobiernos la concreción de medidas que las favorezcan.Los organismos internacionales de crédito auditan las cuentas nacionales,asegurando el pago en término de las primas de la deuda, y exigen mayoresreestructuraciones y mayor carga tributaria.

 

¿Cómo quebrar este círculo?

 

En este trabajo proponemos repensar el proceso deintegración del MERCOSUR en clave horizontal, identificando nuevas formas derelacionamiento de las Organizaciones de la Sociedad Civil, entre sí y conagentes estatales y empresariales en el ámbito regional e internacional, comoun primer acercamiento a la búsqueda de opciones de acción válidas en otrasdimensiones de nuestro proceso de integración regional.

 

Convencidosde que la integración es un proceso multidimensional, que se potencia a travésde múltiples actores y del tejido de una red social de articulación quepromueva la inclusión de todos los sectores de la sociedad, consideramosestratégico el análisis de las prácticas en torno a la integración horizontalpromovida por las Organizaciones de la Sociedad Civil del MERCOSUR como una manerade generar un tejido social fuerte y estable para enfrentar los desafíos de lapaz y la seguridad con desarrollo social.

 

  1. LAS DIMENSIONES DE LA INTEGRACIÓN

El MERCOSUR, este “gran espacio” que engloba el 42% dela población y el 58% de la superficie de América Latina, más del 55% del PBIregional, más del 40% de las exportaciones regionales y más del 70% delcomercio intrarregional, representa un mercado potencial de más de 190 millonesde personas y un ingreso per cápita de alrededor de 2.500 dólares.

 

            Esteproceso de integración regional ha alterado sustancialmente los escenariostradicionales basados en esquemas y visiones conflictivos de nuestros vecinos,logrando así un cambio de posición a favor de un esquema compartido deresponsabilidades recíprocas.

 

A pesar de las características comunes que tienden aunir a los cuatro países signatarios del Tratado de Asunción y a los paísesasociados, rasgos que pueden y de hecho favorecen la integración (como lacercanía geográfica, la historia y el origen común, el relativamente recienteretorno a la senda democrática, entre otros), existen asimismo diferenciasnotorias en cuanto a  tamaños yvelocidades de estos países en torno al proceso integrador.

 

            Y por lo tanto al MERCOSUR nodebemos verlo “sólo” como un acuerdo de comercio (aunque el comercio sea lalocomotora que moviliza el tren), sino como un proceso que nos plantea diversosdesafíos en torno a procesos de compatibilización de sistemas, de normas y deprocesos.

 

            Porque más allá del MERCOSUR comercialista,el proceso integrador puede alterar de manera fundamental el contexto en el quese desenvuelven las distintas fuerzas nacionales, tanto económicas, sociales,políticas como culturales en cada uno de nuestros países.

 

            Laintegración regional nunca debe ser un fin en sí mismo, sino un medio paralograr, en última instancia, mejores condiciones de vida para nuestrassociedades, y para lograr ese objetivo de máxima, creemos fundamentalincorporar todas las voces, potenciando y multiplicando los esfuerzos de losdistintos actores nacionales y regionales, comprometidos e involucrados en estemovimiento integrador.

 

           

  1. SOCIEDAD CIVIL Y DIPLOMACIA DE VÍAS MÚLTIPLES

 

El MercadoComún del Cono Sur (MERCOSUR) surge dentro de un contexto de regionalismo abiertovinculado con el proceso de globalización, en un intento de mejorar elposicionamiento competitivo de nuestros países en el mercado regional einternacional.

 

El debate sobre los efectos e influencias de lademonizada globalización, de las opciones de políticas públicas, de laspropuestas de los partidos políticos, y de la articulación de los diferentesactores sociales con el Sector Público y con el Sector Privado, ha estadosubordinado recurrentemente a los avances y retrocesos registrados en la esferacomercial y económica.

 

Por ello mismo creemos prioritario iniciar un análisismás exhaustivo en torno a cuáles fueron, cuáles son y cuáles serán los actoresfundamentales en el diseño y ejecución de las estrategias regionales deintegración.

 

 

Siguiendoa Jorge Grandi y Lincoln Bizzozero,

 

                  “se constata que las etapascumplidas en el caso del MERCOSUR han canalizado demandas de distintos actoresrelacionados con diferentes círculos de influencia: en primer lugar losgobiernos, negociadores, burocracia y algunos grupos económicos; posteriormenteParlamentos, centrales sindicales, partidos políticos, pequeñas y medianasempresas, otras organizaciones sociales y en algún modo las fuerzas Armadas.Finalmente el pasaje a la unión aduanera ha canalizado demandas sectorialesdiversas, relacionadas con prioridades temáticas y con la necesidad de unamayor institucionalización.”[1]

 

 

Estos autores categorizan a los actores en trescírculos de influencia,  reconociéndolesrepresentación en el nivel nacional y otra en el nivel subregional.

           

De estemodo, surge el siguiente cuadro de posicionamiento de los actores según elnivel y el círculo de influencia:

 

 

CUADRO I: Ubicaciónde los actores según nivel y círculo de influencia

 

Círculos de influencia

Primero

Segundo

Tercero

Nivel nacional

Gobierno; Tecnoburocracia ministerial;  Grupos Empresariales (Transnacionales y Grupos Nacionales)

Parlamento, Partidos Políticos, Sección Nacional del Foro Consultivo, Asociaciones de PYMES, Centrales Sindicales, Regiones Centrales

Organizaciones Sociales; de Medios de comunicación; Fuerzas Armadas, Universidad, colegios profesionales, Regiones periféricas

Nivel regional

Cumbres presidenciales; Institucionalidad central MERCOSUR; Tecnoburocracia de la integración (SGT, comisiones, comités técnicos, etc.); Acuerdos e instancias empresariales (CIM)

Com. Parlamentaria Conjunta; Foro Consultivo Económico Social; Centrales Sindicales en subregión; Acuerdos de regiones centrales (fronteras y ciudades)

Manifestaciones en el ámbito regional de Organizaciones Sociales, Organización y Foros regionales de colegios profesionales, Redes universitarias y académicas de educación.

 

 

En el primercírculo de influencia, encontramos a nivel nacional las dirigenciasgubernamentales, la tecnoburocracia ministerial y los grupos empresariales. Anivel subregional, los sectores dirigentes gubernamentales, la tecnoburocraciaministerial expresadas en las Cumbres Presidenciales y en las instituciones delMERCOSUR.

 

El primer tipo de actores es representativo de los fines eintereses públicos y responden de alguna forma al electorado o a las instanciasde contralor público, mientras los grupos empresariales tienen como referenteintereses particulares específicos.

 

Elsegundo círculo de influencia está constituido por el parlamento, lospartidos políticos, las centrales sindicales, las asociaciones representantesde pequeños y medianos empresarios, y las entidades locales, cuando puedengenerar iniciativas, provocadas por efectos positivos o negativos del proceso,especialmente en el caso de las zonas fronterizas.

 

Enel tercer círculo de influencia encontramos las Organizaciones de laSociedad Civil (OSC)  en general, entrelas que se destacan por su activismo los grupos ambientalistas,  dederechos ciudadanos, de empoderamiento de la mujer, de lucha contra ladiscriminación, de defensa de las minorías, consumidores y otros; las FuerzasArmadas (con reservas, ya que pueden integrar en algunos casos otro círculo);las instituciones locales más alejadas de la zona de frontera o del centro depoder decisor; la Universidad; las elites culturales, cuando están organizadas;los colegios profesionales.

 

En resumidas cuentas, estos autores reconocen tres momentosen que puede definirse la posición de los actores, dos niveles de actuación delos mismos y distintos círculos de influencia. Y como bien lo afirman,

 

“La relación entre los círculos de influencia, el marcotemporal y el nivel de actuación se precisa en el hecho de que si los actorespertenecen al primer círculo se manifestarán en los distintos momentos yniveles, mientras que si pertenecen al tercer círculo tenderán a manifestarsemás contemporáneamente, debido a que se ha asentado el proceso y se ha hechovisible el espacio regional para otros agentes de las sociedades nacionales.”[2]

 

Enfunción de estos círculos concéntricos de influencia, consideramos interesanteexplorar cómo han participado las Organizaciones de la Sociedad Civil en elproceso de toma de decisiones del MERCOSUR, y cuáles han sido las modalidadesde acción implementadas.

 

Esteconjunto más o menos organizado y sumamente heterogéneo de Organizaciones de laSociedad Civil ha comenzado en los últimos años a desarrollar consistenteslazos a través de la práctica de la diplomaciaciudadana, entendiendo por esta última

 

            “Las acciones de los ciudadanos - y los grupos nogubernamentales que ellos forman - de un país respecto de terceros países.Implica la usurpación de papeles considerados del dominio exclusivo de losactores gubernamentales. En contraste con los grupos domésticos de interéspolítico, que tradicionalmente actúan dentro de un escenario nacionalespecífico, la diplomacia ciudadana se da en la arena exterior o transnacional” [3]

 

Esta supuesta “usurpación de la actividad diplomática”implicó que las distintas OSC de la región comenzaran a relacionarse, intercambiando experiencias, recursos humanosy financieros,  no sólo con otros grupossimilares con bases en otros países, sino también con gobiernos extranjeros deotras naciones, con organizaciones internacionales de naturaleza gubernamentaly  no gubernamental, e incluso, con  agencias oficiales de cooperación para eldesarrollo.

           

Las OSCfortalecen de este modo su impacto y eficacia mediante la formación de redes ycoaliciones transfronterizas[4], situación que exige considerar la inminente aparición de nuevos actores de laSociedad Civil que interactúan con otros grupos del exterior.

 

Trabajar en redes (Networking) seconvirtió en una palabra clave para la sustentabilidad de la  sociedad civil,  generando un espacio capaz de relacionar, comparar y valorar experienciascon otros grupos situados en otras localidades,  y establecer luego determinados mecanismos de cooperación,partiendo de necesidades y prácticas concretas.

           

Estas redes tienden a operar en base a relacioneshorizontales, socializando la información, con liderazgo móvil y flexibilidadde técnicas e instrumentos de acción, generando mecanismos inclusivos departicipación en el proceso integrador.

 

  1. ESTABILIDAD Y PAZ DESDE LA BASE

 

Cuandopensamos en situaciones de conflicto, generalmente tendemos a transportarnos mentalmentea regiones lejanas como el Medio Oriente, o África Subsahariana, entendiendoimplícitamente que nos referimos a conflictos violentos, con guerras civilessangrientas donde pierden la vida miles de personas, situación alejada denuestro vivir diario en un continente que es conocido como una región más bienpacífica, sin demasiados conflictos interestatales, con pocas guerras,focalizadas en tiempo y espacio.

 

Pero sientendemos al conflicto como la búsqueda de objetivos incompatibles entrediferentes grupos, debemos reconocer que estamos involucrados diariamente enmiles de conflictos en nuestros ámbitos familiares, de trabajo, etc.

 

A nivel denuestro país, en Argentina, cada 15 minutos, nacen 21 niños. Cada uno de ellosnacerá con una deuda de 5.000 dólares a los acreedores externos. Cada nuevoargentino, asimismo, es el ilusorio dueño de un producto anual per capita de2.900 dólares. Si ese mismo niñito hubiera nacido hace dos años atrás, hubieraposeído un producto de 8.000 dólares, pero hoy, Argentina es tres veces máspobre de lo que creíamos que era dos años atrás.

 

Eseproducto per capita igualmente es sólo un truco estadístico, dado que dos decada tres de esos nuevos argentinos nacerá en un familia pobre. Y cada día unchico desnutrido entra en un hospital para ser tratado por una enfermedadasociada a la desnutrición, y probablemente no logrará sobrevivir…

 

En unpanorama tal, negar que vivimos rodeados de un cúmulo de conflictos es casiinfame. Y esta situación también puede aplicarse a la realidad de lasdiferentes sociedades latinoamericanas.

 

Esevidente que el esfuerzo integrador del MERCOSUR, y las perspectivas de laposible inclusión en el ALCA, apuntan a mejorar la situación de vida de cadauno de nuestros habitantes, cooperando para el crecimiento sostenido de todoslos países involucrados. Y para ello, resulta evidente que se debe ir forjandoun movimiento de cambio social sostenido, desde las organizaciones quefortalecen el tejido social.

 

Pero elcambio social en una sociedad puede o no llevar a la formación de conflictos,ya que implica una estructura de poder desbalanceada. Si el conflicto pasa a lasiguiente etapa, se convierte en violento. No obstante, existen mecanismos noviolentos de resolución de conflictos que están imbuidos en la cultura local,lo que posibilita que el conflicto sea rápidamente transformado sin recurrir ala violencia.

 

Eneste sentido, es de particular importancia el rol de lo que los sajones llamanPEACEBUILDING (que podríamos traducir aproximadamente como CONSTRUCCIÓN DEPAZ), entendiendo por ello los mecanismos utilizados por diversos grupos paraconsolidar relaciones pacíficas y estables, creando un ambiente que contenga elsurgimiento y el escalamiento de tensiones que puedan llevar a conflictos violentos.

 

Porqueel MERCOSUR ha sido pionero en la defensa de la democracia, al instaurar la“cláusula democrática”, esto es, el requerimiento de que sus países miembroscirculen por la senda democrática, es necesario replantearnos qué implica estarelación entre democracia e integración regional, y cómo puede ser potenciada através del involucramiento activo de la Sociedad Civil para prevenir laformación violenta de conflictos.

 

Analizadadesde el punto de vista sociológico, la integración difícilmente puede serlograda de manera impuesta, autoritariamente. Sólo la integración librementeimplementada por los diferentes grupos sociales dará lugar a un ejercicioverdaderamente democrático a nivel de la Sociedad Civil.

 

Eneste contexto, deberíamos hablar de democracia participativa, y no solamente dedemocracia representativa, como asimismo de integración interactiva, y no deincorporación forzada de grandes colectivos de personas a una experiencia ajenaa sus necesidades, concepciones y cosmovisiones.

 

Elcaso del MERCOSUR nos plantea de esta forma un gran desafío: hasta el momentola participación de la Sociedad Civil en el proceso de toma de decisiones fuemínima, casi inexistente, pero el armado de una consistente red de interacciónentre las diferentes OSC de la región puede generar una verdadera integración“desde la base”.

 

 

  1. UN LARGO CAMINO POR ANDAR…

 

Más alláde los tímidos esfuerzos de las diferentes sociedades civiles merco sureñas paradiscutir seriamente la agenda social del MERCOSUR en vistas a la incorporaciónal ALCA, y cómo eso afectará la vida diaria de millones de personas en todo elcontinente, las perspectivas son más que halagüeñas.

 

Losniveles de participación van en aumento sostenido. Sólo en Argentina, deacuerdo a una encuesta de Gallup, el 32 % de las personas mayores de 17 años harealizado algún tipo de trabajo voluntario en alguna OSC durante 2001, lo queimplica alrededor de 7.5 millones de adultos. Esa cifra es el doble de lasregistradas en 1996. Y la tendencia va en aumento…

 

Las posibilidades de generar iniciativas desde elSector Social a favor de una profundización de la integración es claramente unaoportunidad atractiva. Sin embargo, es necesario  para ello promover el fortalecimiento de las redes existentes anivel regional, y la formación de nuevas redes temáticas. Asimismo, seríafundamental la generación de instancias dedicadas a la reflexión y discusiónsobre el proceso del MERCOSUR, aprovechando el intercambio existente entérminos socio – culturales, e imprimirle una dimensión institucional a eseintercambio por fuera del círculo gubernamental (Federaciones, Asociaciones deartistas, etc.).

 

Traspasar las fronteras nacionales, fortalecer los lazos de solidaridady responsabilidad social, compartir y estimular el respeto por la diversidad,son los grandes desafíos de este tiempo para una acción internacionalcoordinada de las Sociedades Civiles del MERCOSUR.

La integración debe entonces ser avizorada desde unavertiente más positiva, lo que implica necesariamente el fortalecimiento delintercambio político, económico, social y cultural entre nuestros pueblos,favoreciendo el acercamiento y el mutuo conocimiento.

En el estado actual del proceso de integración regional,podemos reconocer que las OSCs han venido creando redes internacionales quepueden servir de piso sobre el que se asienten futuros trabajos de cooperaciónregional desde la propia Sociedad Civil.



[1] GRANDI, Jorge y BIZZOZERO,Lincoln, “Hacia una sociedad civil del MERCOSUR”, Revista Integración &Comercio, setiembre – diciembre de 1997, INTAL.

[2] GRANDI, J, y BIZZOZERO, L,ibídem.-

[3] THORUP, Cathryn, “Diplomaciaciudadana, redes y coaliciones transfronterizas en América del Norte: nuevosdiseños  organizativos”, en FOROINTERNACIONAL, Vol XXXV, núm.2, abr-jun 1995, México, p. 156.

[4] Entendemos por REDESaquellos foros descentralizados para el intercambio de información ysocialización dentro de las Organizaciones de la Sociedad Civil, y por COALICIÓN,aquellas OSCs unidas que comparten el poder de manera más centralizada y buscanganancias políticas específicas.

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