Se mostraron en la semana, después del habitual
Acuerdo de los martes, varios ministros de la Corte con las Cámaras Comercial y de Previsión Social. Se les achacaba hacer acuerdos con el ministerio de Justicia al margen de la Corte
y ello había encrespado los ánimos de por lo menos dos de los máximos jueces: Adolfo Vázquez y Carlos Fayt. Pero, al final primó la posición conciliadora de Julio Nazareno -dicen en
Tribunales que se parece a Fernando de la Rúa en su política de consensuar con todos- para que la sangre no llegue al río y se busque una salida a los 30 contratos que llegaron desde Justicia con empleados incluídos. Se explica: ocurre que
los muchachos de Gil Lavedra decidieron prescindir de algunos empleados y antes de mandarlos a la calle, haciendo subir el
índice de desocupados y creando más angustias en la cada vez más incomodada clase media argentina, se les ocurrió la idea de mandarlos a los lugares en Tribunales donde hace falta gente pero no hay plata para pagarla. Buena la idea, malo el procedimiento de “puentear” a la Corte, se dijo en el piso cuarto de Talcahuano 550.
hugo morales / dju
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