El juzgado no se contentó con la argumentación de la madre, basada en un informe elaborado por el organismo técnico interdisciplinario de los Tribunales de Familia (Catemu), en el que se detallaban algunas consideraciones negativas de los niños hacia la pareja del hombre, y que concluía en que “no había impedimentos para que la madre recuperara a sus hijos”.
Por ello, Morcillo ordenó realizar varios informes y pericias psicológicas, consultó a los maestros de los niños y pidió datos acerca de su rendimiento escolar, conducta y adaptación al medio social, tras lo cual determinó que los niños, que conviven con el padre y su pareja gay, estaban bien con su progenitor.
Los niños, de corta edad, hijos de una pareja divorciada, y cuya tenencia le había sido otorgada al padre hace cinco años, cursan la escuela primaria, y por ello la determinación judicial estuvo acompañada por una resolución de la asesora de Menores, Myriam Rebuffo, en la que tampoco se advierte el peligro o el supuesto "riesgo moral" de los chicos de seguir viviendo con su padre.
Carolina Quintero, una de las abogadas del padre, explicó que el dictamen de Catemu tenía numerosas "consideraciones tendenciosas" y explicó que "la jueza ha ratificado la tenencia en favor del papá de los niños, fundamentalmente basándose en el bienestar y buen desarrollo físico-psíquico de los chicos hasta ahora", puntualizando que los menores "hace cinco años que conviven con el papá, que ya tenía la tenencia concedida y que no ha habido motivos para modificarla ante el pedido de la mamá".
En esa línea, la letrada concluyó explicando que "hay prueba testimonial reunida de que estos chicos están muy bien, hay informes escolares, pericias psíquicas, encuestas ambientales, es bastante amplia la prueba que ha permitido que la jueza falle en ese sentido", en tanto que un elemento que se habría tenido en cuenta es que la madre “habría estado ausente en ciertas situaciones de la vida cotidiana de sus hijos, referidas a atención médica y acompañamiento escolar”.