Así se desprende de la acordada de ayer de la Corte Suprema de Justicia, que rechazó un recurso de los represores contra el fallo de la Cámara Federal de la plata que en mayo último les denegó la libertad.
Bergés y Etchecolatz están presos desde abril de 2001 por orden del juez Federal de La Plata Arnaldo Corazza, quien determinó que el médico, mediante una falsa acta de nacimiento, había fraguado la identidad de la joven.
Etchecolatz, por su parte, quedó detenido por su responsabilidad como jefe, aunque fue beneficiado con el arresto domiciliario. El caso por el que seguirán detenidos es el de Aída Sanz, secuestrada en San Antonio de Padua en diciembre de 1977, cuando le faltaban apenas días para dar a luz.
Sobrevivientes la vieron con vida en el Comando de Operaciones Tácticas de Martínez -el COTI- y en los centros clandestinos de detención conocidos como El Pozo de Bánfield y El Pozo de Quilmes.
En este último lugar, la mujer dio a luz a una niña, que le fue quitada tres días después, según los testimonios.
En julio de 2001, la Cámara Federal confirmó las prisiones preventivas de los represores al responder a un pedido de la defensa, que había apelado la medida de primera instancia.
En ese momento, la Cámara dijo que “los elementos con que se cuenta resultan suficientes para arribar a la conclusión de que resulta, a esta altura de la investigación, responsable de los delitos por los que fuera indagado”, el médico Bergés.
Sobre Etchecolatz, en tanto, se hizo valer la responsabilidad como superior del médico.
Así fue como los defensores llegaron por vía recursiva hasta al Corte Suprema, que ayer confirmó las actuaciones de los tribunales inferiores.