Diario Judicial: Senador Branda, ¿hasta donde llega este conflicto entre el Consejo de la Magistratura y la Corte Suprema?
Ricardo Branda: No lo veo bien. Pienso que no es el primero. Creo que es la gota que rebalsó el vaso de agua. La Corte desde el principio, vino disputando espacios de poder. No solo eso sino que cuando se produjo en el Congreso la ley que reglamentó el Consejo, ya hubo problemas. Sin embargo esa ley había sido negociada con la Corte, ahí se negociaron los espacios de poder. Pero, ahora, pareciera que molesta este órgano permanente del Poder Judicial al sentido corporativo que tiene la Corte. Evidentemente no nos deja hacer el trabajo como corresponde y esto no es bueno para las instituciones porque nosotros no creamos a este Instituto. Fue creado por la Convención Constituyente de la reforma del 94. Me parece que de esta forma no le hace bien a este instituto que es un órgano permanente del Poder Judicial.
Dju: En esta crisis, existen dos facetas: una jurídica en base a la interpretación del texto constitucional y otra política para delimitar espacios de poder. ¿Cómo se resuelve?
RB: Primero con buena voluntad, que hemos puesto nosotros, Y esa buena voluntad se ha entendido mal porque se interpretó como una debilidad nuestra que no es tal. Nosotros vamos a tener que demostrar fortaleza para que se nos entienda y sí, en el campo del diálogo no se arregla esto que es lo más conveniente, este problema, va a tener que venir al Congreso para solucionarlo definitivamente con una nueva ley que le dé alcance constitucional. El error parte de haber dejado en la Constitución una norma muy programática cuando evidentemente había que haber dejado una norma más ejecutiva, más reglamentaria, dentro de la Constitución y así no habría discusión. Lo que pasa la Corte también se arroga la interpretación y el control constitucional. Pareciera que existe una interpretación constitucional dentro de su ámbito que no es bueno cuando afecta sus propios intereses. Ello ocurrió con el tratamiento del caso Fayt, una situación en la que los actuales miembros se tendrían que haber excusado.
Dju: Ocurre que en el caso Fayt, la Corte entendió que no estaba comprendido en el Núcleo de Coincidencias Básicas (Pacto de Olivos) y que la Constituyente no había sido autorizada por el Congreso para excederse de ese límite.
RB: Ese no es argumento porque la Constituyente tiene facultades más allá de lo que pueda otorgarle el Congreso. Eso está muy discutido en la doctrina constitucional y las facultades del poder constituído y poder constituyente. La asamblea es soberana y puede ir mucho más allá de lo que le encomendó el Congreso aunque a la Corte no le guste.
Dju: Si persiste esta posición dura -halcones de uno y otro lado- se marcha hacia un seguro conflicto de poderes. ¿Cómo se resuelve esta crisis en el marco institucional?
RB: El conflicto de poderes dentro del marco institucional se resuelve dentro del Congreso. Estamos a la puerta de un juicio político. Ese es el remedio cuando no se resuelve de otra manera. Acá se trata de un problema de sujeción a la República y la división de poderes. Cuando existe conflicto de poderes dentro de un mismo poder, debe ser definido por otro poder y acá me parece que el ámbito de dilucidar este problema debe ser el Congreso.
Dju: Ahora, desde su óptica, ¿no cree que un enfrentamiento dentro de la Justicia, perjudica al país, sobre todo ante esta difícil situación económica y social?
RB: Ningún conflicto es bueno, pero a los problemas hay que abordarlos. Si uno los posterga, los problemas se agravan. Al principio tuvimos la voluntad de colaborar con la Corte porque nosotros queremos una Justicia ordenada, un servicio de Justicia que le sirva a la gente que ha depositado su esperanza en este organismo para mejorar a la Justicia. Pero siempre hay intereses que no quieren que este órgano prospere. No vamos a disputar espacios de poder, nosotros tenemos nuestro propio espacio de poder que proviene de los distintos estamentos que componen el Consejo de la Magistratura. En mi caso, es el Congreso y la actividad política. Fuimos a integrar un órgano de la Constitución pero las viejas estructuras que están arcaicas no quieren someterse, una actitud que puede ser lógica y natural. Por eso hay que reorganizar desde afuera para hacerle ver lasfalencias.
Dju: ¿No cree Ud. que este enfrentamiento está originado en un problema muy pequeño, que hace pensar que existan objetivos ocultos?
RB: Es la gota que rebalsó la copa de agua. Hubo un montón de hechos desde que se constituyó el Consejo de la Magistratura en el tema disciplinario, que generaron conflictos hasta que llegamos a una negociación. Ahí habían sacado otra Acordada donde se disputaba este tema de la reglamentación, pero en ese aspecto también la Constitución es clara. El Consejo tiene esas facultades por disposición de la Constitución y no por la ley que reglamenta al Consejo.
Dju: Pero convengamos que el Consejo está pasando por un momento de debilidad. Cómo que está decayendo en las expectativas que había generado en la Opinión Pública.
RB: Es cierto, no estamos cumpliendo con esas expectativas. Pero no es un problema de falta energía, de voluntad sino que nace en la propia ley. Ahora, cuidado, con los que quieren que se aligere todo porque se estaría evitando la transparencia que el Congreso a este Consejo. Si quieren eso que manden un decreto ley o que se modifique el artículo 113 de la ley de creación del Consejo. Pero no es bueno querer echarle la culpa al Consejo.
Dju: El reproche es porque el Consejo no nombró jueces.
RB: Estamos en funcionamiento desde hace un año y meses. La ley de reglamentación estuvo tres años en el Congreso cuando había 40 jueces, ahora hay 90. Después hubo que armar los jurados como establecía la ley que pretende darle transparencia pero le quita agilidad, es muy difícil obviarla. En el fondo están en juego esos valores: transparencia o agilidad. Claro que es ideal que la Justicia funcione con todos sus jueces pero agilizar la elección implica obviar este trámite que me impone la ley.
Dju: Pero, también, es cierto que existen problemas en los concursos...
RB: Sí, hay algún problema. Lo estuvimos discutiendo el plenario pasado, hay que globalizar más el sistema. Pero la pregunta de fondo es, la Justicia está en crisis o no está en crisis ? Lo han dicho todos, cuál es el remedio? Es cierto que el organismo ha creado mucha expectativa y creo que esa expectativa no la está cumpliendo. Pero también hay que pensar que no por haberse constituido el Consejo se habrían solucionado todos los conflictos en la Justicia, como por arte de magia. Lo que espera el común de la gente es que el Consejo ponga buenos jueces y saque a los malos.
Dju: Pero ese no es todo el problema de la Justicia. Deben concretarse juicios rápidos y que tengan el mismo tratamiento los juicios millonarios que los de poco costo.
RB: Así es. Pero eso no está ocurriendo y entonces parece ser que todos los males de la Justicia, ahora, los tiene el Consejo. Yo creo que si el Consejo tiene una capacidad plena de sus facultades va a solucionar esto. Pero no en un ambiente de pelea. Nosotros hacemos e inmediatamente nos ponen piedras en el camino.
Dju: Sin embargo, la presión de los nombramientos no nace de la Corte sino del Poder Ejecutivo. Cree que este PEN tiene la misma voluntad que tuvo la UCR en la oposición cuando trató la reforma en el 94.
RB: Es un análisis que habría que hacerlo. En el tema personal yo no estaba muy de acuerdo con el Consejo, pero una vez que esta creado hay que hacerlo funcionar y que sirva para la Constitución. Esto a veces no se entiende, mal o bien hay que acostumbrarse a la democracia. Para mi gusto tiene demasiadas facultades pero están y si no las ejercemos no estamos cumpliendo con la Constitución.
Dju: Claro, pero la principal era la de seleccionar y enjuiciar a los jueces...
RB: Esta bien pero acá hubo una resignación de facultades de todos los poderes. El PEN designaba con acuerdo del Senado, quien a su vez enjuiciaba a los jueces mientras la Cámara de Diputados los acusaba. El Poder Judicial tenía facultades de administración y disciplina y la Constitución nos adjudicó la administración, pero ha sido motivo de disputa...
Dju: O sea, quien se queda con el manejo de la caja...
RB: Es una zona gris que se comparte con la Corte pero no podemos trabajar plenamente en el aspecto financiero...
Dju: Aunque en el aspecto administrativo, también se les reprocha que tienen muchos empleados o que pagan sueldos muy altos. ¿Hay ñoquis en el Senado?
RB: No es tan así. Cuando llegamos, de golpe nos dieron 800 empleados, todos los empleados de la Corte, la mayoría empleados de la Justicia. El Consejo tiene lo mínimo para que puedan funcionar las cuatro comisiones. Hay gente que está interesada en degradar a este organismo.
Dju: ¿No cree Ud. que está demasiado politizada la Justicia?
RB: Hay problemas que nos dan vergüenza, Todos los jueces de la Corte tienen auto, pero los jueces de instrucción nos han pedido un auto cada 10 jueces y no se los podemos dar. Evidentemente no hay una equidad y no hay suerte de equilibrio de las cosas. La creación del Consejo no contribuyó a aumentar la politización en la Justicia. Sí sirvió para mover las viejas estructuras. Nosotros vamos a trabajar para exista transparencia, jueces independientes y la administración de Justicia sea buena. Si politizar sirve para eso, a mi no me asusta. En buena hora.
Dju: ¿No se corre el riesgo de que los jueces son buenos o malos según criterios políticos?
RB: No, porque nosotros no participamos en la selección de los jueces como antes. El criterio de selección y nombramiento es distinto. Además va a existir una Escuela Judicial que va a crear conciencia de que los jueces tienen que dictar sentencia mas allá del gobierno de turno porque de eso se trata.
Dju: ¿No cree que la clase política trasladó el conflicto político, que, ahora, es más fácil hacer campaña a través de la Justicia?.
RB: Puedo decir al revés, muchos jueces se han politizado y en vez de decir que se ha politizado la Justicia, deberíamos decir que se ha judicializado la política. Muchas controversias políticas han terminado ahí y no fuimos nosotros.
Dju: ¿Cómo termina esta película?
RB: Esta película termina si todos ponemos buena voluntad. Si pensamos en el beneficio de la Nación y del conjunto del pueblo argentino. Si no va a ser una bomba porque pareciera que algunos jueces y ministros de la Corte se creen semidioses y que el acuerdo se los dio el Vaticano.