Los jóvenes habían huido desde la ciudad de Monrovia, capital de Liberia, y según explicaron a la defensora oficial, tomaron la decisión tras el asesinato de todos los integrantes de sus familias.
La defensora Spinetta ejerce la asistencia tutelar y dialogó con ellos a través de traductores de francés e inglés, ya que dos de los muchachos practican estos idiomas legados de las ocupaciones coloniales, mientras que los demás sólo se entienden con sus pares, y a traves del “zuzu”, el dialecto natal de Liberia.
Por disposición del Juez Corazza, 3 de los 4 niños se encuentran alojados en Prefectura de La Plata, donde fueron asistidos y alimentados, ya que presentaban un delicado cuadro de deshidratación, en tanto que el cuarto fue internado en un Hospital de la zona de San Nicolás.
El barco había llegado hace cinco días al Puerto de esa ciudad, cuando la presencia de los chicos fue advertida en la maniobra de amarre. De los cuatro niños tres son hermanos: Seku, de 14 años, Dadou, de 15 y Mohammed de 16, de apellido Sheriff, mientras que el cuarto es Mohammed Sillia, de 15 años.El pedido de la Defensora Oficial para que se les otorgue la calificación de “refugiados” está previsto en la Convención de Ginebra y en las leyes argentinas, y tiene como objetivo que se le asegure la permanencia en nuestro suelo y evitar la repatriación hacia Liberia, ya que se trata de menores de edad huérfanos, y nada les da seguridad que puedan sobrevivir en su país en las actuales condiciones.
Los niños explicaron que para llegar al barco cruzaron la frontera con Guinea y al llegar al puerto subieron como polizontes al buque maltés ZARA, al que ascendieron por la cadena del ancla. Escondidos en el pequeño lugar donde se aloja la cadena y el ancla, sin alimentos ni agua, viajaron más de 14 días hasta llegar al Puerto de San Nicolás, donde fueron descubiertos y desembarcados.
Según destacó la Defensora Oficial Spinetta, durante la audiencia se registraron tres llamados telefónicos de familias argentinas que se ofrecieron espontáneamente para adoptarlos, con el objeto de evitar sean enviados nuevamente a su país.