Según la sentencia, el hecho ocurrió el día 11 de diciembre de 2003, cuando el hombre, tras discutir con su mujer le dio dos bofetadas, las que si bien no causaron lesiones fueron consideradas como un intento de su marido de menoscabar su integridad física.
Al tomar la medida, la Audiencia desestimó el recurso presentado por la defensa del imputado cuando afirmó que la simple intención de lesionar es suficiente para que exista delito, no siendo necesaria la lesión física.
Además, la resolución recordó que el acusado golpeó a su mujer ante testigos y que incluso le apartó las manos con las que se tapaba la cara para seguir pegándole