Manuel Figuerero Caravías.

Acerca de la noticia Ser un taxista trucho no es un delito. Tengo mis dudas acerca de lo resuelto por el Superior en el caso en examen, por cuanto creo con firmeza y convicción, que si hubiera sido posible individualizar a algún pasajero del rodado propiedad del imputado, de seguro el mismo habría reconocido que abonó un viaje. Y la entrega de dinero en concepto del servicio prestado tiene como causa la contraprestación que consiste en adecuar el automóvil cumplimentando las normas en vigencia, en cuanto a la aptitud e idoneidad del conductor como así también la seguridad del rodado. Como no se hizo ésto, el imputado habría despojado a su pasajero mediante ardidi o engaño de un a suma que, de haber estado al tanto de la verdad, seguramente éste no habría dispuesto. En suma un pasajero que paga engañado un servicio que carece de los elementos que debe poseer todo taxímetro, es una víctima del delito de estafa en la calidad de la cosa. lo que vulgarmente se conoce como adquirir gato por liebre.