Jackson decidió el pasado 3 de abril que Microsoft había violado las leyes antimonopolio de Estados Unidos con sus prácticas empresariales. Por lo tanto, el juez estudia qué solución aplicar para evitar que esa situación vuelva a repetirse.
El Departamento de Justicia de EEUU y 17 estados del país propusieron la división de Microsoft en dos empresas, una que se encargaría del sistema operativo Windows, y otra que trabajaría sólo en aplicaciones y programas. Las dos compañías no podrían unirse de nuevo durante un período de diez años.
En la presentación de hoy, los abogados del Estado defenderán de nuevo esa idea frente a la respuesta de Microsoft, que propuso una serie de autolimitaciones en sus prácticas empresariales y comerciales para evitar la ruptura. Microsoft también propuso un plazo de seis meses para preparar mejor su defensa, pero algunos críticos consideran que intenta ganar tiempo hasta las elecciones presidenciales de noviembre próximo, ya que cree que una victoria del republicano George W. Bush podría mejorar sus posibilidades.
Bush ha manifestado en público sus reticencias a dividir Microsoft, y la empresa ha organizado un amplio dispositivo de donaciones políticas y grupos de presión para defender su caso.
Por ejemplo, Microsoft ha donado en lo que va de año dos millones de dólares a campañas políticas de republicanos y demócratas, y está preparando donar material informático por valor de otros dos millones a las convenciones de ambos partidos, que se celebrarán en julio y agosto próximos.
También ha financiado varios grupos de presión, algunos de ellos creados con su propia ayuda, y ha donado 150.000 dólares al grupo de congresistas de raza negra, varios de los cuales han hablado ya a favor de la empresa creada por Bill Gates. El juez tiene previsto celebrar una audiencia el próximo día 24 en la que se discutirán las opiniones de acusación y defensa, tras lo cual estudiará su decisión, que podría demorarse varias semanas.