Dicha operación incluyó la difusión en dos medios de prensa, de Argentina y Brasil, de la noticia de que 119 opositores izquierdistas se habían matado entre ellos en Chile a causa de purgas en el interior de sus partidos. Paradójicamente esos medios también desaparecieron después de pocos días.
Este juicio se suma a uno anterior que se sigue contra el ex dictador por el secuestro de otros seis militantes de izquierda, caso que mantiene al nanogenario bajo arresto domiciliario desde el 24 de noviembre, en su residencia de La Dehesa, en Chile.
Pinochet enfrenta otro juicio por delitos de corrupción tales como la evasión tributaria, la falsificación de pasaportes y de certificado de bienes para abrir sus cuentas, derivados de sus actuaciones para ocultar 26 millones de dólares en bancos extranjeros.
Además, continúa pendiente un desafuero para que eventualmente sea juzgado por 36 casos de secuestro calificado y 23 de torturas, cometidos en el centro de reclusión clandestino de Villa Grimaldi.
La defensa del ex dictador ha apelado todos los procesos y afirma que Pinochet está inhabilitado para ser encausado debido a su demencia vascular, por sucesivos micro-derrames cerebrales. Sin embargo, una junta de psicólogos y psiquiatras, exceptuado el médico nombrado por su defensa, opinaron en noviembre último que Pinochet sí está habilitado para ser enjuiciado.
No obstante, la alegada demencia vascular fue la causal para que la Corte Suprema chilena sobreseyera a Pinochet en dos procesos por violaciones a los derechos humanos en relación a cerca de un centenar de víctimas.