20 de Diciembre de 2024
Edición 7117 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 23/12/2024

In Voce

 
RIZZITOS DE ORO. El ejemplar de La Ley del martes 11 de abril donde reporteaba a los 3 principales candidatos a la presidencia del Colegio Público –con fotito y todo- fue uno de los últimos blancos de la ira de Rizzo. Lo que enfurecía a un grupo de acólitos en la proximidad de la mesa de su líder es que esa importante editorial pretendía afianzar las ataduras de la vaca, poniendo fichas a los tres posibles ganadores que le garantizarían la continuidad de su fructífera relación con el Colegio. Los muchachos de La Ley no lo tenían a Rizzo ni a placé. Según ellos no valía la pena gastar pólvora en chimangos.El hoy sonriente presidente del CPACF, se cansó de enojarse con los medios supuestamente especializados en el argot matricular. Al principio ninguno lo mencionaba siquiera, con el correr de los días, durante la campaña electoral, algunos se animaron a nombrarlo “de coté”, como para dejarlo conforme, pero sin darle el mismo status que el resto de los candidatos fuertes. Con una campaña hecha a pulmón y sin un mango, los muchachos de Gente de Derecho fueron pura insistencia. Haciendo pie en internet, donde las cosas viajan a la velocidad del rayo, se metieron inadvertidamente en la PC de cada votante.Sus competidores eran las fuerzas tradicionales del sistema, y como tales, recurrieron a la publicidad tradicional. Por ejemplo Borda, el candidato que todos daban por ganador, empapeló unas cuantas estaciones de subte e hizo publicidad en vía pública en importantes avenidas de las zonas ABC 1 de la Capital Federal. Una inversión millonaria comparada con la de la lista triunfante. Pero no fue sorpresa para todos. Una semana antes, una reconocida especialista en temas judiciales le sugirió a Zenón Ceballos, encumbrada figura de la lista de Borda que literalmente estaban tirando la plata, porque estaban haciendo publicidad a la bartola sin dirigirse al segmento de audiencia pertinente (los que votan). Las malas lenguas cuentan que hubo varias combis que llegaron durante toda la jornada a la sede del Colegio, provenientes de los grandes estudios jurídicos, repletos de votos para los candidatos "preferidos". Sin embargo, la derrota fue inflexible. El ganador le sacó doscientos votos a Borda, 1.200 a Bossert y más de dos mil al ex IGJ, Ricardo Nissen. Parece que los pibes de los grandes estudios, les usaron la combi a los socios pero muchos, en secreto, votaron a Rizzo. Sus jefes nucleados mayoritariamente en el Colegio de la Ciudad, capitaneado por el penalista Roberto Durrieu, se habían encolumnado detrás de la candidatura de Borda y esperaban, así como en la última elección de candidatos para el Consejo de la Magistratura, que también ganarían en esta. Con Bossert desinflado –la mató la fama de pecho frío-, parecía que se iban a comer la cancha. Cuenta la leyenda, rotundamente desmentida tras conocerse los resultados, que los bordistas hasta habían reservado una mesa larga en El Palacio de la Papa Frita para cumplir con el rito del festejo. Una vez más el cuarto oscuro guardará el secreto de votos prometidos y nunca concretados. Así y todo la gente que apoyó al conocido civilista, no puede decirse técnicamente que haya perdido del todo la elección. No es ninguna novedad que los grandes estudios, de grandes honorarios, nunca quisieron del todo a CASSABA. Los que más ganan resultaban ser los mayores aportantes de la caja de los abogados y la solidaridad solamente es simpática cuando o es poco lo que se da o es uno el que la recibe. En ese esquema Rizzo, con su cruzada anti cassabista podrá ampliar su base de consenso en muchos más de los votos que ha conseguido. Por lo menos en el tema de la caja previsional, seguramente en la asamblea le sobrarán votos para consensuar otros temas de la agenda y así conseguir una mayoría operativa que le garantice la gobernabilidad en su gestión. Quienes adscribían a este esquema de razonamiento cargaban a Rizzo y lo felicitaban por el triunfo de "gente de derecha". El se defendía: "Yo soy un socialista al que le gusta tener la billetera llena". En cuanto a Nissen, que algunos etiquetaban como el candidato K, hizo una buena elección comparada con su anterior performance, en la que había debutado. Mejoró los fríos números y Rizzo le debe el haber restado algunos votos al oficialismo llevando en su lista a personalidades como Ángel Bruno –ex vicepresidente en la gestión Germano. El progresismo de Asociación de Abogados de Buenos Aires, que apoyó al ex mandamás de la IGJ, también cosechó su premio, al quedar los grandes estudios fuera de la presidencia. Quien aparece con una fuerte mengua de poder es Hugo Germano, actual presidente de CASSABA y ex presidente del Colegio, quien a diferencia de lo que hace habitualmente, optó por no atender los llamados de la prensa durante estos últimos días. Histórico aliado de Alterini y miembro del tradicional oficialismo del CPACF, junto a importantes figuras como Diego May Zubiría, el primer jefe de CASSABA ve como su máxima obra está en riesgo de derrumbarse como un castillo de naipes al viento. Deberá Germano echarle la culpa a su trouppe de seguidores, que viendo como el tema CASSABA se convertía en pivote temático de la campaña electoral, fogoneado por el hoy triunfante Rizzo, se negaban sistemáticamente a emitir opinión sobre el tema. Con el argumento de que la Justicia de cámara iba a poner las cosas en su lugar –en primera instancia le habían dado la razón a los que argumentaban la inconstitucionalidad-, no se arremangaron ni un centímetro para dar el debate político sobre la cuestión. Optaron por no ensuciarse los cuellos blancos y así fue como el que lloró mamó.

ERRAR ES HUMANO. MEDIAR ES DIVINO. Como ya resulta paradigmático en la legislación argentina, la norma por la cual hoy está vigente la mediación, es una ley de tres renglones por la que se prorroga de apuro una que ya venció. Técnicamente el 23 de abril del 2006 caducaban los 5 años de la primera prórroga y aparentemente nadie se había dado cuenta del detalle. Curiosa también fue la original postura de la Cámara Civil al respecto. Los memoriosos recuerdan que allá por 1996, un plenario de camaristas del fuero decidió oponerse fogosamente a la iniciativa que atenuaba la judicialización de los conflictos en el derecho privado. Vistos los altos índices de aceptación del sistema y la probada utilidad de la cuestión, hoy los camaristas civiles se encuentran entre sus más fervientes sostenedores. Así, un grupo de jueces, hace más de un año, visitó el Congreso de la Nación para avisar de que se acercaba el plazo de vencimiento. Como suele suceder en estos casos, lo urgente le gana a lo importante y como los chicos del colegio cuando tienen que estudiar para un examen, los legisladores se dejaron para último momento. Vino a ser una diputada macrista, Paula Bertol, quien con tres líneas vino justito a sacar las papas del fuego antes de que se quemen, y presentó el proyecto de prórroga. La brevedad, sin embargo, no evitó el debate y los representantes del pueblo discutieron ante el hartazgo si la extensión del plazo debía hacerse por cinco o tres años. Sólo la diputada Marcela Rodríguez dio voto de censura: cómo prorrogar la ley de mediación, si se violan los derechos de las minorías, en especial los de la mujer en los casos de violencia familiar. Como si se tratara de la maestra ciruela, Bertol le explicó que en esos casos no existe mediación obligatoria. Haciendo caso omiso a la explicación, siguió en la suya y se opuso totalmente a la mediación. Nuevos toqueteos sufrió la norma, cual delicada dama en el colectivo 60 en hora pico y como el Ministerio de Justicia avisó que tenía un proyecto definitivo en marcha, finalmente los senadores consensuaron una prórroga por solamente dos años. Calmadas las aguas de la urgencia, ahora hay otra batalla por librar. El flamante presidente del Colegio Público en sus primeros reportajes post electorales ya adelantó que el debate que se viene tiene que ver con las incumbencias profesionales de los abogados. La idea de Rizzo es no permitir que nadie se meta en el territorio abogadil como Pancho por su casa. Y un terreno al que definitivamente muchos le tienen ganas, es el de la mediación. Hay quienes consideran que una profesión tan nutrida como la de los psicólogos –Argentina tiene el mayor porcentaje del mundo de discípulos de Freud por habitante- tendría las capacidades necesarias para llevar adelante la tarea. Si los abogados pueden capacitarse en psicología, por qué los psicólogos no pueden capacitarse en temas jurídicos, ¿no? Aunque seguramente los abogados no lo permitirán. Lo cierto es que a pesar de lo desprolijo de las prórrogas, el sistema evidentemente sirve, y no solo en la Argentina. Tal es así que las víctimas de los atentados a las Torres Gemelas no fueron a juicio, el estado de Nueva York arregló el monto de las indemnizaciones utilizando la mediación. En el estado de Florida la máxima es no litigar de gusto, imponiendo multas por la negativa de no mediar si el resultado arribado tras el juicio llega a una solución que se aproxime dentro del 20 % de lo que una de las partes se negó a aceptar en la mediación. Se castiga la irracionalidad de litigar sobrecargando el aparato judicial. Volviendo a estas Pampas, en la provincia de Buenos Aires ya hay comisarios retirados que se están entrenando como mediadores para que en las mismas comisarías ahora actúen como componedores de las cuestiones vecinales. Así como costó que se aceptara la mediación para cuestiones civiles, el próximo desafío es darle vía libre a la mediación penal, algo que hasta hace pocos años no se podía ni mencionar. En San Martín, Mercedes y La Plata ya hay mediación penal para algunos delitos del ámbito correccional. Y con los tribunales atestados, este parece ser el paso que se viene.



alejandro s. williams / dju
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