Un magistrado hot

El juez chileno Carlos Klapp fue acusado este lunes ante la Corte Suprema de Justicia de ese país de realizar más de cien llamados a una línea telefónica de servicios eróticos. Los llamados habrían sido hechos desde su oficina y en horarios de trabajo.

El diputado socialista Fidel Espinoza le entregó a la Comisión de Etica del máximo tribunal del país una serie de documentos que revelarían las llamadas del juez Klapp, de la ciudad chilena de Castro, a las líneas “700”, que ofrecen ese tipo de servicios, para conectarse con los servicios de las “Diosas del amor”, “Tarot erótico” y “Mucamas del sexo”, por un valor cercano a los 250.000 pesos (unos 450 dólares).

Todas estas llamadas, según el diputado del PS, fueron hechas desde el teléfono privado del magistrado, entre las 8:00 AM y 21:00 PM, es decir, en horario de trabajo.

Además, la denuncia asegura que el magistrado cedió el departamento fiscal que el Poder Judicial le entrega para su uso exclusivo a un familiar, "cuestión alejada absolutamente de la probidad administrativa". "Ambos hechos permiten llegar a la clara convicción de que las conductas del juez de letras de Castro se distancian absolutamente de los deberes y responsabilidades que a él le competen en el marco de sus funciones" concluyó el denunciante.

El polémico magistrado, que en noviembre de 2001 protagonizó otro escándalo cuando fue fotografiado desnudo, borracho y con prostitutas, se defendió ante los medios. "Habría sido el ´rey de los imbéciles´ si hubiera hecho llamadas que se iban a reflejar en la cuenta", dijo el magistrado a una radio local. Y agregó: "Yo soy un hombre de la tercera edad, no tenía idea que existían esos servicios".

Por el primer hecho, Klapp no fue destituido pero fue suspendido durante cuatro meses y trasladado desde Aysén, en el extremo sur de Chile, al juzgado de Castro, capital de la región de Chiloé.

En el año 2002, y tras conocerse la decisión de la Suprema que le permitió continuar ejerciendo su cargo, Klapp dijo, rodeado de su esposa y cinco hijos, “nunca más en mi vida volveré a caer en la tentación de ir a un lugar que no se condiga con mis funciones”.



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