B) EMBESTIDA

Con ese guiño –Gil Lavedra llegó a preguntarse que hacen los jueces federales- vino la embestida de Massoni contra Adolfo Bagnasco, Carlos Liporaci, Rodolfo Canicoba Corral y Jorge Urso. Pero no le fue fácil al ex juez que -pese a sus criticas de que los magistrados no deben actuar en política-no vaciló en aceptar rápidamente un cargo político en sintonía con los pensamientos del secretario de Justicia, Jorge Perez Delgado, otro ex camarista del fuero Civil y Comercial Federal que se espantaba ante las audacias de sus colegas federales por sus relaciones con el gobierno menemista, pero que, llegado el turno, hizo lo mismo desde la óptica opositora. Interpretaciones al margen, lo cierto es que el cruce de Massoni con los federales no parece detenerse allí. Bagnasco –el juez con mayor perfil político a partir de sus procesamientos a ex directores del Banco Nación y ex ejecutivos de IBM que le permitió descubrir la mayor coima en una causa judicial- no anduvo con pequeñeces y desafió al fiscal anticorrupción a ir al Consejo de la Magistratura si tiene pruebas. Bagnasco que no oculta su pertenencia al peronismo sabe que tiene las espaldas cubiertas no solo por sus vinculaciones políticas sino por el peso de sus propias causas: el sonado “affaire” IBM-Banco Nación y el secuestro de menores durante el Proceso Militar que le granjeó el respeto de un vasto sector de la izquierda local e internacional. Para demostrar que Massoni se apuró, esta semana procesó Alderete pero le negó a la Oficina Anticorrupción facultades procesales que le permitan meterse en la causa: en la instrucción mando yo, fue el mensaje de Bagnasco y el resto de los federales enfrentados con esta oficina del Gobierno, pero, sin llevar el conflicto a Gil Lavedra. Aplaudieron el encuentro con el presidente que fue criticado hasta por el Frepaso, porque saben que la cita en Olivos fue una jugada del ministro de Justicia.

hugo morales / dju