Es lo que siente esta jueza despues de haber sidoduramente atacada y criticada en la primera época del gobierno menemista por su actuación en el denominado caso "Yomagate". Al amparo de un excelente champagne francés con que Aramburuagasajó a Petracchi y a sus amigos de la Justicia, Servini recordaba lo dificil que era para ella poder hablar -en aquellos aciagos días- con funcionarios norteamericanos en Buenos Aires. Producto de una campaña periodística en contra -en realidad quien sobreseyó a Amira Yoma no fue Servini sino la ex jueza federal Amelia Berraz de Vidal- y la mala relación con Garzón, en ese momento convertido en una atracción mediática,Servini tuvo quer afrontar varios pedidosde juicios políticos y el vacío de los sectores de poder. Pero luego -gestiones mediante de dos periodistas con conexiones en la Embajada de Estados Unidos y su equilibrado manejo deljuzgado penal y electoral de la Capital Federal- pudo recomponer esa relación y llegar a Townley. Todo un ejemplo de tenacidad.
- / dju
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