La juez Ursula Ungaro Benages, encargada del caso, instruyó hoy a los doce miembros del jurado, tras el cierre de los argumentos de los abogados de las partes involucradas, la semana pasada, en el proceso legal que se efectúa en un tribunal de Miami.
La aerolínea estadounidense presentó una demanda para forzar a las firmas Jeppesen Sanderson Inc, y a Honeywell Air Transport Systems, a sufragar parte de unos 300 millones de dólares que American Airlines ha pagado a los familiares de las víctimas. El vuelo del avión Boeing 757 de American Airlines, que despegó del aeropuerto internacional de Miami, se estrelló contra una montaña, cerca de Cali, el 20 de diciembre de 1995 y sólo sobrevivieron cuatro personas.
Los abogados de la compañía de software Jeppesen Sanderson Inc, responsabilizaron la semana pasada a los pilotos del avión de American Airlines del accidente.
Michael Nachwalter, uno de los abogados de Jeppesen Sanderson Inc, dijo que "son los pilotos los que vuelan los aviones" y afirmó que las computadoras están a su disposición como una herramienta o ayuda.
Los letrados de Jeppesen Sanderson Inc dijeron que el piloto Nicholas Tafuri, quien murió en el accidente, se equivocó al introducir un código en el ordenador que ocasionó que la nave se desviara de la ruta.
Explicaron que Tafuri puso un código de enfoque "R" en el computador de manejo del vuelo, en vez de "Rozo", que era el correcto y que pudo conducir a la nave con seguridad a través de un valle y llegar al aeropuerto.
El piloto, agregaron, pulsó una de las 12 opciones de señales de navegación que comparten el código con la letra R, sin verificar y esto hizo que el avión girara hacia Bogotá a unos 209 kilómetros de distancia, hacia una montaña.
Los investigadores colombianos habían encontrado que la información proveniente de un computador de navegación defectuoso en el avión contribuyó al accidente, pero solamente en forma secundaria.
No obstante, el abogado de Honeywell, Richard Dunn, ha dicho que la computadora no tuvo problemas y que su base de datos funcionaba bien y que de hecho, la aerolínea tenía un plan de vuelo que le decía a los pilotos la forma adecuada de poner la información en el ordenador para hacer el vuelo hasta Cali.
El caso regresó a los tribunales después que el Undécimo Tribunal de Apelaciones, de Atlanta, fallara en junio de 1999 que un jurado -no un juez - debía decidir quién tenía la culpa del accidente. Este fallo fue posterior al fallo del ex juez Stanley Marcus de septiembre de 1997, según el cual la tripulación del avión era culpable "de una conducta inadecuada" en el accidente.