20 de Diciembre de 2024
Edición 7117 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 23/12/2024

?La enfermedad psiquiátrica tiene un cierto tabú?

Claudio Correa, director
Eduardo Osejo, subdirector
Unidad 20 del Psiquiátrico Central de Varones
Servicio Penitenciario Federal

 
En la ciudad de Buenos Aires conviven en un mismo lugar la locura y la privación de la libertad. Es en la Unidad 20 del Psiquiátrico Central de Varones del Servicio Penitenciario Federal, que aloja detenidos con trastornos de la esfera psico-emocionales, psiquiátrica y psicológica y que por esas condiciones son considerados inimputables o imposibilitados de afrontar un juicio.

La Unidad 20 está emplazada en un mega predio del barrio de Barracas y que se podría llamar el polo psiquiátrico de la ciudad. Allí también están el Hospital Borda, el Moyano, y la cárcel psiquiátrica de mujeres, la Unidad 27.

Se la podría denominar como una cárcel en miniatura, en comparación con otras unidades de grandes construcciones, mayor cantidad de presos y otro nivel de seguridad. Divida en tres salas (así denomina a lo que se conoce como pabellones) acorde a las patologías de los internos, cada una de ellas cuenta con sectores de seis o siete camas. Una de estas salas es la de gerontes, internos mayores de 40 años, que son el 10 por ciento de la población (15 internos), y de presos que trabajan y que actualmente son 9 que por su patología pueden realizar alguna actividad. La edad del resto de los alojados oscila entre los 25 y 40 años.

Actualmente la Unidad 20 aloja 125 internos con una capacidad total de 87. La superpoblación se ve en que muchos internos duermen en colchones en el piso. “Estamos superpoblados como todos los servicios penitenciarios del país”, reconoce el subprefecto Claudio Correa, director de la cárcel. La mayoría de los internos están por el delito de lesiones. Pero también hay casos de homicidio, robos o violaciones.

Esta Unidad penitenciaria, con un nivel de reincidencia de sus internos que ronda el 20 por ciento, es la única de estas características en la Argentina. Por eso muchos de los detenidos son derivados de otras cárceles de todo el país para un mejor y más amplio tratamiento de su patología. También hay pacientes internados porque son peligrosos para sí o para terceros. Pero el 99 por ciento de los internos tienen causas penales.

En está cárcel se trabaja con un lema. “Lo que ves es fundamentalmente tratamiento medico”, señala el subdirector de la Unidad, Eduardo Osejo, médico legista y administrador en salud. “El tratamiento de resociabilización está prácticamente interrumpido por que las capacidades mentales de los pacientes internos que están alojados acá no te lo permiten”, agrega.

Ese tratamiento médico lo llevan a cabo psicólogos, psiquiatras, médicos clínicos y de diversas especialidades que conforman el equipo profesional sumandos a los agentes del Servicio Penitenciario.

¿Qué tipo de tratamiento penitenciario se le da a los internos de la unidad 20?

Correa: Lo más parecido al tratamiento penitenciario propiamente dicho, es la parte educativa. Contamos con una escuela que da el ciclo primario y secundario, talleres de labor terapia y programas que son realizados por el cuerpo medico profesional.

¿Cómo es el proceso penal de una persona cuando ingresa a la Unidad 20?

Osejo: El juez nos pregunta a nosotros, o al cuerpo medico forense, si por sus facultades mentales en ese momento tiene capacidad para ir a defenderse en un juicio. Hay muchos casos que no están capacitados en ese momento. Entonces se suspende el juicio hasta que tenga...

Correa: Hasta que esté compensado y tanto de la Unidad como del cuerpo medico forense estén de acuerdo que está con sus facultades mentales en condiciones de afrontar el juicio

Osejo: Hay otros que ya tienen condena.

¿Son recuperables los pacientes que están en la unidad 20?

Osejo: Muchos sí, otros no. Hay personalidades bordelain o débiles mentales, donde no hay recuperación para ellos. Pero hay otros pacientes que hacen brotes sicóticos o psicopatías y se pueden mejorar y vivir en el medio libre o en otra unidad con tratamiento.

La conocida y famosa cultura carcelaria, ¿también se da acá?

Correa: La convivencia propia de la cárcel es muy similar a la que vos podes encontrar en cualquier zona marginal. La jerga, el léxico con el cuál se expresan, los ademanes que hacen con las manos, cómo denominan a las cosas. No te olvides que la mayoría de estas personas vienen de otras unidades o también de esos puntos marginales son muy similares a lo que vos encontras en cualquier unidad.

Por las características de esta Unidad ¿la capacitación del personal es distinta que en otras cárceles?

Osejo: Si. El personal profesional cada uno está capacitado en su ciencia y el personal penitenciario del cuerpo general se le hace capacitación, talleres y charlas. No es lo mismo el celador que trabaja con estos internos adentro de las salas comunes que el celador que trabaja en el régimen de otra disciplina en un pabellón común de un complejo.

¿Cómo es el trabajo con el interno que está por cumplir su pena?

Osejo: Cumplen un régimen de visitas de tres veces por semana. Acá hay una figura que sería algo similar a la visita terapéutica. Hay determinados pacientes que necesitan ser vistos con mayor frecuencia, o por su patología o por su tratamiento, por la proximidad a la libertad. Necesitan más contención a nivel de la familia

Correa: Nosotros tenemos lo que se le dice la pena temporal que es la que nos ordena el juzgado, no están acá in eternum si no que están por un periodo de tiempo que tiene un final. Cuando ya se le está acercando el final ahí es donde más trabajo tiene la sección de asistencia social: contactar e interiorizar a la familia. Por que de hecho el paciente va a tener que ir a convivir nuevamente en su núcleo familiar.

Osejo: Hay muchas entrevistas entre los profesionales y la familia. La familia habla con los psicólogos, los psiquiatras por que la enfermedad psiquiátrica a diferencia de otras enfermedades, aquí o en el medio libre, es algo que tiene un cierto tabú. El paciente psiquiátrico es como que está en abandono por parte de la familia. Pasa en el Borda, pasa en el Moyamo y pasa acá también.

Muchos internos son trasladados a la Unidad 20 de otros centros penitenciarios, ¿el encierro en otras cárceles agrava la condición psicológica de la persona?

Correa: La condición psicológica depende de cada uno. Yo te puedo decir con mi experiencia que está el de profesión delincuente que ya de chiquito conoció lo que es un instituto de menores. Los mayores problemas psiquiátricos se generan con aquellos que son primarios. O sea, en aquellos que cometieron delitos y nunca conocieron una cárcel. Los internos que recibimos de otras unidades la mayoría son intentos de suicidio. Que se quieren ahorcar, que se cortan, por que no se bancan la presión del encierro.

Osejo: Podríamos decir también el estrago que está haciendo la droga, muchos son pacientes jóvenes. Su trastorno, su enfermedad mental está directamente relacionada a el consumo de todo tipo de droga desde edad temprana.

¿Qué cantidad de adictos hay?

Osejo: Habrá un 30 por ciento. Son pacientes que a los 10 o 12 años empezaron con marihuana y drogas inhalatorias. Y todo eso trae trastornos importantes en la esfera emocional y en la parte psiquiátrica que después cuando son detenidos hacen el clic y necesitan el tratamiento. Cuando van a una Unidad de régimen común son evaluados por los psicólogos y psiquiatras, y consideran que ese tipo de trastorno mental que tienen, necesita que esté internado un periodo de tiempo aquí hasta que se solucionen algunas cosas.

¿Por el tipo de patología los hechos de violencia son más habituales que en otras unidades?

Correa: Es habitual, pero a diferencia de las unidades grandes, acá las agresiones no pasan de tomarse a golpes de puños. Como siempre están siendo supervisados, no se les da tiempo a que llegue a mayores la cosa. Lo que se trata siempre es buscar grupos homogéneos que no generen un conflicto, pero siempre está latente.

¿Hay remodelaciones que se están llevando a cabo?

Osejo: Sí, se está haciendo un nuevo sistema de alojamiento que es una sala de observación y evaluación permanente. Es un proyecto que se está llevando en conjunto con el asesoramiento de una comisión de psiquiatras contratados por el Ministerio de Justicia. En esta sala se va a producir el alojamiento de aquellos pacientes que están ingresando a la unidad para hacer una evaluación y observación permanente antes de instaurar un tratamiento medico. Es un espacio que cuenta con cinco camas, va a estar previsto de aire acondicionado frió-calor, tiene baño dentro de la misma sala, con ducha y sanitarios y tiene un sistema de cámara Gessel, con un vidrio blindado, para la observación y va a ir provisto de cámaras infrarrojas. Permanentemente van a estar observados por personal capacitado para ver las conductas y evitar trastornos de conducta entre uno y otro.

¿Existen conflictos con médicos de otras unidades y el cuerpo medico forense para diagnosticar a un paciente o determinar su alta?

Osejo: No, por que la medicina es una sola. ¿En qué puede haber pequeñas diferencias de diagnóstico? En que el cuerpo medico forense al paciente lo viene a ver acá, o es trasladado del juzgado hacia el medico forense y lo evalúa con una única consulta que puede durar como máximo, media hora, una hora. Mientras que los profesionales que los atienden en las distintas unidades o en la unidad 20 conviven a diario con los pacientes. Saben perfectamente de quién estamos hablando, saben sus conductas, conocen con un mayor detalle cual es el comportamiento en prácticamente todo el día, durante un tiempo prolongado del paciente. Y algunos pacientes, no todos, que están alojados acá exageran su patología o tratan de pasar por inimputables, entonces a veces el medico forense se encuentra en la disyuntiva de diferenciar si la patología es real o hay algo agregado o se está fingiendo en el cuadro.

Los Jack Nicholson de “Atrapado sin salida” acá no hay

Correa: No, a la corta o a la larga van a ser detectados. Mira, tenemos un gabinete que hace psicodiagnóstico precisamente para detectar simulaciones. No se lo hacen a todos, se lo hacen a aquellos de los que se duda si está simulando o no.

Hay una resolución que impide el ingreso de pacientes por orden de juzgados civiles.......

Correa: Sí, una resolución del Ministerio de Justicia que fue anoticiada a todos los juzgados civiles que ya no pueden derivar internos a la Unidad 20. Por eso si algún interno que estaba a cargo de un juzgado no penal tiene que pasar a la orbita civil, se le anoticia que tiene que ser trasladado al Hospital Borda.

Hubo informes y denuncias de la Comisión de Cárceles de la Defensoría General y de la Defensoría del Pueblo de la Nación sobre malas condiciones de detención. ¿Eso se está modificando?

Osejo: Ya fueron modificadas Había salas que no tenían un baño dentro del sector. La sala es larga y se divide en diferentes sectores, y cuando los internos tenían que ir al baño, solicitaban que les abrieran la puerta y se dirigían al baño. Eso llevaba a que hicieran sus necesidades a veces en tachos o en bidones. Esa situación se revirtió completamente ya hace un año. Cada sector de internación fue remodelado y tiene un baño con sanitario y ducha.

A comparación de otras cárceles las condiciones de seguridad en esta Unidad son más limitadas. ¿Los miedos a fugas o motines acá no ocurre ?

Correa: Eso no ocurre acá por la patología del interno. No es un interno común que está las 24 horas pensando, cómo limar un barrote, cómo hacer un agujero. Igualmente la posibilidad está. De hecho hace 5 o 6 años se escaparon internos. Hicieron un agujero en el piso y se fueron. Este edificio no fue construido como cárcel sino que se adaptó a la cárcel. No tenía el muro perimetral como ahora, el patio tiene un enrejado para evitar el escalamiento. Tiene medidas de seguridad, pero no son como las que uno ve en una cárcel de internos comunes por decirlo de alguna manera.

¿La mayoría de los internos tienen abogados privados o abogados públicos?

Correa: El 40 por ciento tiene defensores oficiales y el otro 60 por ciento de privados.

¿Notan que desde la justicia hay un tratamiento diferenciado para con un interno de la Unidad 20 y otro de una cárcel común?

Correa: No. El interés es el mismo para todos los internos. Acá se hace un poco más de hincapié por el tipo de patología. Digamos que es como que estarían más indefensas estas personas en todo lo que hace a la parte legal. Como hablábamos de porcentajes, la mayoría tiene defensores particulares, pero el resto defensores oficiales. Entonces las visitas de los defensores oficiales te demuestra el interés que tiene la justicia por este tipo de internos que tenemos alojados acá. También la Procuración y el Ministerio de Justicia se preocupan por la situación de esta gente.



martín angulo / dju
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