Resulta importante destacar que en sus 50 minutos de discurso ante la Asamblea Legislativa, la jefa del Estado hizo referencia a varios temas de orden jurídico. Por un lado, reclamó una reforma judicial y remarcó su apoyo a la política de derechos humanos que manejó el ex presidente Kirchner. Por el otro, volvió a reclamar por la soberanía de las Islas Malvinas y por la lucha contra el terrorismo internacional.
En relación a la reforma judicial, comenzó destacando los avances y logros de la gestión de su marido. En tal sentido, remarcó que "desde los poderes Ejecutivo y Legislativo saldamos una deuda de dar una Corte Suprema honorable, que no avergonzara a los argentinos". También afirmó: "hemos derribado el muro de la impunidad y decretado la anulación de la obediencia debida y el punto final, hemos aportado a la construcción del sistema democrático".
Sin embargo, con tono crítico manifestó que aún debía completarse la reforma judicial iniciada, haciendo referencia a las demás instancias. Así, dijo, "la sociedad valorará todos los estamentos de la Justicia".
También hizo referencia a otro tema sensible para los magistrados al hablar sobre la necesidad de que “todos” paguen sus impuestos. Ello con clara referencia a la situación que se ha venido discutiendo en las últimas semanas en relación al impuesto a las ganancias de los jueces.
Por otro lado, pidió por la celeridad en los juicios por los crímenes de la última dictadura militar. "Decretada la anulación de las leyes de obediencia debida y de punto final hemos aportado a la construcción del sistema democrático. Espero que en mi mandato estos juicios que demoraron mas de 30 años en comenzar puedan ser terminados", reclamó.
Así, se refirió a la "obligación de adoptar instrumentos que garanticen los derechos y garantías que otros argentinos no tuvieron" y que "tengan castigo los responsables del mayor genocidio de la historia".
Hizo especial mención a la incorporación de Venezuela en el MERCOSUR, manifestó que debía ser rápida porque permitirá cerrar "la ecuación energética de la región".
Se refirió luego a la importancia de unir y fortalecer las relaciones internacionales a fin de luchar de manera multilateral contra el terrorismo. Advirtió en tal sentido, que esa lucha "no nos puede llevar a incurrir en la violación de los derechos humanos”.
En relación a la situación de las Islas Malvinas, reafirmó "el reclamo indeclinable de nuestra soberanía" y llamó "al país ocupante a cumplir con el mandato de las Naciones Unidas porque hay una situación de enclave colonial".
Casi finalizando sus palabras, aprovechó para referirse al conflicto judicial y diplomático existente con la República Oriental del Uruguay por la instalación de las pasteras sobre los límites fronterizos de Fray Bentos y Gualguaychú, Entre Ríos. En tal sentido, agradeció la presencia del presidente pero le aclaró al mandatario uruguayo que "esta situación no nos es imputable. Hubo violación del Tratado del Río Uruguay. Por ello nos hemos presentado en la Corte de la Haya".