"Los juicios orales filmados son una experiencia para mostrar"

Importados directamente desde España, la justicia Civil argentina comenzó a difundir una prueba piloto para incorporar a la práctica los juicios orales filmados, tendientes a acortar significativamente la duración de los procesos. La iniciativa fue impulsada por la Cámara Civil luego de que la idea original de probar la oralidad en el fuero de Familia fuese descartado por el Consejo de la Magistratura.
Para conocer bien de qué se trata la idea, Diariojudicial.com dialogó con el camarista Gerónimo Sansó, que integra la “Comisión para la ejecución del plan piloto sobre procesos de oralidad”. El magistrado contó cómo fue que trajo la propuesta y se mostró confiado en su implementación: “Yo quiero ser optimista”, dijo. Mientras que además, adelantó que para febrero ya hay tres jueces de primera instancia que probarán la nueva modalidad.

Los juicios orales filmados consistirán en la grabación de la audiencia de vista de causa, donde los peritos expondrán los dictámenes y las partes realizarán sus alegatos para que luego la causa tenga vista para sentencia. “El expediente será: demanda, contestación, dictamen pericial, audiencia y sentencia”, sintetizó Sansó.

¿Cómo nace esta idea de incorporar la oralidad filmada a los juicios civiles?

Nace del trabajo de una comisión de descongestión que yo integraba junto a Enrique del Carril, presidente de Fores, donde originalmente teníamos la propuesta de instalar la oralidad totalmente, no solo en los juicios civiles. Pero luego se propuso incorporarla arrancando por un solo fuero, Familia, que es chico y hay mucha oralidad. El proyecto se presentó en el Consejo de la Magistratura y los que tenían que dictaminar sobre el proyecto dijeron que era imposible de realizar, aunque antes consultaron a la Cámara Civil, que dijo que se podía hacer, pero finalmente el Consejo dijo que no. Entonces a mi me quedó la sangre en el ojo y lo propuse a la Cámara para que lo hagamos como experiencia piloto. El plenario dijo que sí, se hizo una comisión y después de muchas discusiones Zannoni tuvo una idea interesante que finalmente es la que progresó: dijo que esta iniciativa sólo procedía para procesos de conocimiento, no se puede hacer ni en ejecutivos ni en universales.

¿Y de dónde trajo usted la propuesta de los juicios orales filmados?

La influencia es de España. En un seminario que se hizo en Tucumán, sobre política judicial en 2001, vino Manuela Carmena Catrillo, jueza de Madrid, y nos contó que en su país se había implementado la oralidad filmada y que le gustaría hablar de eso. Así fue que en 2002 se organizó un ciclo de conferencias y conocimos la versión española, e incluso conseguimos juicios filmados. La verdad que es entusiasmante, porque ver un juicio que en una audiencia de vista de causas, con alegato de los abogados entrenados para eso, termine en 41 minutos es asombroso.

¿Qué implicaba transportar la experiencia en España a la Justicia argentina?

La experiencia española indicaba que para emprender cualquier cambio en materia de oralidad, pasar de escrito a oral, necesariamente había que incrementar el número de jueces en por lo menos un tercio, y a la vez bajar en al menos dos tercios el personal, ya que a mi criterio vendría a desaparecer la idea de juzgado, habría juez. La oralidad filmada implica: sala de audiencia y juez, y un aparato mínimo burocrático.
Pero bueno, empezamos pidiendo una sala de audiencia especial, y como en Uruguay 714 se desocupó una planta la conseguimos. Se presentaron los pliegos en el Consejo para que se equipe la sala y se logró poner un sistema de digitalización que vuelca todo lo filmado en un CD.

Es decir que ya tienen una estructura mínima para funcionar, ¿ahora cuáles son los pasos que restan?

Ahora empezamos con otro trabajo, que es mostrarles a los jueces civiles de primera instancia cómo quedó la sala. Ya se lo comunicamos a los jueces de la calle Uruguay, a los de Talcahuano y a los de Inmigrantes.
Además resta la capacitación de los abogados, que ya se lo pedimos al Colegio y se va a intentar un curso para lo cual habrá que traer gente especializada.

¿Cuándo se empezaría a implementar la oralidad filmada?

La oralidad va a empezar en febrero o marzo. Ya hay tres jueces que lo pidieron: Ana Inés Sotomayor, que ya lo ha hecho pero sin cámara, Celia Pérez y Roberto Parrili. Pero se van a ir sumando, en realidad lo que a nosotros nos interesa es que se haga uno por lo menos, porque es una experiencia como para mostrar. Yo quiero ser optimista.

¿Cuáles son las ventajas de este tipo de juicios orales y filmados?

El fenómeno está a la vista, la cámara muestra todo y eso es lo más convincente, porque la parte, que está siendo enfocada y que tiene al juez que la está mirando, no se anima a mentir, dice la verdad.
La grabación es una audiencia de vista de causa, ahí está todo. El perito debe dejar antes de la misma el dictamen para que las partes lo tengan leído, pero no pueden hacer lo que se hace hoy normalmente, que es impugnar, correr vista, notificarse, etc. acá todo eso se hace en vivo, en el momento.
El expediente va a ser: demanda, contestación, dictamen pericial, audiencia y luego la sentencia.

Además de esta iniciativa para acortar los tiempos de los procesos, ¿están estudiando otras propuestas en la Cámara?

Hay iniciativas, pero casi siempre son individuales. La Civil es una Cámara que tiene 39 miembros y por ese número es casi obligatorio el debate, hay siempre un intercambio. Así que va a haber más cambios, pero en realidad, deben ser los legisladores lo que tienen que estudiar los problemas y proponer los cambios.

¿Cómo ve el futuro de la mediación, cuya ley vence en abril?

La Cámara siempre impulsó la renovación, pero por la misma necesidad de lo que quiere decir “mediación” no debería ser obligatoria. Pero se renovará y en algún momento se perfeccionará, uno ve mediaciones muy pobres porque algunos se ven en la obligación de cumplir y entonces llenan el trámite para pasar directamente al juicio.

gastón vara / dju