Con referencia al ex presidente Kirchner, en el 2007 Bisordi declaró que era su “enemigo número uno”. También se definió como "política e ideológicamente enemigo de este gobierno". En aquella oportunidad el renunciante juez, denunció que se había orquestado un complot en su contra.
Todo esto había tenido lugar luego de que el magistrado y otros tres camaristas de la Casación fueran denunciados por presunto retraso en el trámite de causas por crímenes de la dictadura.
Frente a ello, el ex presidente de la Cámara de Casación Penal, recusó a seis integrantes del Consejo de la Magistratura, aunque la solicitud fue rechazada. La presentación había ido dirigida contra Diana Conti, María Laura Leguizamón, Carlos Kunkel, Nicolás Fernández, Marcela Losardo y Santiago Montaña.
Debe resaltarse que su dimisión al cargo fue entregada antes de que se produjera la finalización del proceso ante el Consejo de la Magistratura, que lo tiene como uno de los principales acusados. Cabe destacar que en mayo del 2007 ya había anunciado su voluntad de dejar el cargo en el transcurso de este año, tal como finalmente lo hizo. En aquella oportunidad afirmó que no creía que el resto de los camaristas implicados fueran a renunciar de inmediato porque “de los tres, la Dra. Capoluppo es la única que podría hacer efectiva su jubilación, que ya le había sido otorgada. Hornos y Riggi están en la misma situación mía: por edad no pueden acogerse a la jubilación”.
En ese momento también expresó que el Gobierno lo incriminaba, porque “desde el punto de vista electoral, querían quedar bien con los organismos de derechos humanos que son una parte importante de sus bases de sustentación política”.
El magistrado trabajaba hace más de 40 en la Justicia. Empezó como empleado, luego fue secretario de un juzgado federal de la Ciudad de Buenos Aires y en tiempos de Raúl Alfonsín pasó a la Corte Suprema, donde se desempeñó como secretario penal. Finalmente fue designado como juez de la Cámara de Casación en 1993, año en el que ese tribunal fue creado, alcanzando posteriormente su presidencia.
Bisordi participó de muchos fallos controvertidos. En 1999 fue uno de los responsables de anular desde la Cámara de Casación, la condena contra tres skinheads neonazis que habían golpeado en forma salvaje a un muchacho al que suponían judío. En el mismo año, 2004, el tribunal dejó sin efecto el primer procesamiento de los funcionarios investigados por el escándalo de los sobornos en el Senado.
La agrupación H.I.J.O.S expresó que este magistrado durante la dictadura era secretario de un juzgado que rechazaba los hábeas corpus de los familiares de los compañeros desaparecidos, y que él mismo se había asumido públicamente en varias oportunidades a favor del terrorismo de estado. Esto llevó a que esa organización junto a miembros de Madres de Plaza de Mayo y partidos de izquierda consumaran un “escrache” en su casa en repudio de su aparente ideología política.
Sin embargo, el juez respondió que él no simpatizaba con los sectores militares, que eran “todas acusaciones absolutamente falaces”. Había agregado que “en ese momento histórico me tocó estar ahí, pero no porque revindicara métodos de terrorismo de estado, porque jamás los he revindicado ni los revindicaría nunca porque no está en mi forma de ser. Tampoco he sido cómplice del genocidio.”
Adicionalmente agregó en esa oportunidad que “la ideología mía es clara, siempre fue de derecha, yo nunca lo oculté. No estuve ni con el terrorismo de estado ni con el terrorismo montonero. Nunca fui de izquierda, y eso lo tengo claro desde la época en que era estudiante, pero yo nunca pertenecí ni milité en ninguna organización política ni estudiantil.”
Pese a su enemistad declarada con la administración Kirchner -en sus dos versiones, Néstor o Cristina- en Tribunales señalaban que paradójicamente el sentido de sus fallos siempre tenía una posición de defensa de los intereses del Estado, manifestada en temas vinculados a delitos económicos como contrabando o infracciones a la Ley Penal Tributaria.