En primera fila estuvo el ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernandez; el Canciller, Jorge Taiana, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, el Procurador General de la Nación, Esteban Righi y la Defensora General de la Nación, Stella Maris Martínez.
También cantaron presente el presidente y la vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco; los consejeros Diana Conti, Marcela Losardo, Nicolás Fernandez, Carlos Kunkel (kirchneristas), Santiago Montaña (abogado) y el senador Ernesto Sanz, elegido como vicepresidente.
En los laterales se ubicó el titular de la Unión Cívica Radical (UCR), Gerardo Morales, al juez del Juicio a las Juntas militares y ex decano de la Facultad de Derecho, Andrés D’Alessio y al secretario general de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), Julio Piumato.
Durante toda la ceremonia, que duró poco menos de una hora, Bunge Campos se mostró visiblemente emocionado y al finalizar, saludó efusivamente a todos los que se le acercaron.
Luego de la entonación del himno nacional, el académico Mariano Candiotti (ex presidente del Consejo) aseguró que el recambio de autoridades es un hecho “democrático” y “republicano” y destacó el “consenso” para la elección del nuevo mandatario (Bunge Campos fue elegido por un acuerdo entre el kirchenismo y el radicalismo pero sin el apoyo de los jueces).
El flamante presidente del Consejo de la Magistratura, expresó que continuará en la línea del “consenso” desarrollada por sus antecesores y sostuvo que “el consenso es un elemento esencial de la convivencia democrática”. “Transitaremos el camino del diálogo y de la búsqueda de consensos, (el) único posible en el marco de una sociedad plural”, subrayó.
Anticipó que mantendrá una “relación fraterna” con la Corte Suprema de Justicia con la que el Consejo “se halla hermanado en los grandes objetivos comunes”.
En un planteo de los lineamientos de su gestión, el primer juez en ocupar la titularidad del Consejo destacó su interés porque la Escuela Judicial “llegue a cada rincón del país”.
“En materia de concursos, pondremos el acento en los ejes de la transparencia y de la celeridad. Recordando que un concurso no es una rifa y debe llevar un tiempo razonable”, sostuvo Bunge Campos, magistrado de la Cámara del Crimen de la Capital Federal.
Consideró la revisión del reglamento de la comisión de Disciplina y Acusación del Consejo porque consideró que la inexistencia de plazos para los pronunciamientos “no es bueno ni para los jueces ni para la sociedad”.
“Continuaremos con lo que ya es un compromiso de este Consejo ante la historia y que es el de proveer los medios materiales, tecnológicos y humanos que requieran los juicios e investigaciones complejas, particularmente los referidos a los delitos de lesa humanidad”, manifestó.
Enfatizó que “la independencia de los jueces no es un privilegio del juez sino un derecho del pueblo”. “Ser el primer juez que ocupa este cargo desde la reforma del Consejo implica representar a todos los colegas jueces del país; espero estar a la altura del desafío”, lanzó.
Por su parte, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, anticipó que el próximo lunes se reunirá con el nuevo presidente del Consejo para coordinar políticas conjuntas tendientes a mejorar el trabajo de los magistrados.
Una vez finalizado el acto, en un breve contacto con periodistas, Bunge Campos sostuvo que “un juez no puede ser reprochado por el contenido de la sentencia” y que las “presiones” que sienten los magistrados no provienen del Ejecutivo sino “de la sociedad”.