El primero en dirigirse al público fue el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Ricardo Alonso García, que apoyó enfáticamente la idea de crear una Corte regional. “Es mejor una Corte sin Carta (de derechos fundamentales) que una carta sin corte”, deslizó, jocoso, el español.
Más tarde, expuso el 5º árbitro del Tribunal Permanente de Revisión del MERCOSUR, el brasileño Jorge Fontoura que se preguntó si es posible la convivencia de un sistema político presidencialista (que poseen todos los países de la región) con un sistema de justicia supranacional.Manifestó que, a su juicio, no y sostuvo que “la integración regional es una variable de política exterior”.
En esa línea, aseguró: “Tenemos razones para esperar mejores momentos políticos para hacer cambios”. Y dijo que los principales candidatos a acceder a la primera magistratura en las próximas elecciones presidenciales en la región (Chile, Uruguay y Brasil) apoyan el proceso de integración regional.
El presidente de la Corte argentina, Ricardo Lorenzetti, no acordó con lo planteado por Fontoura y se mostró abiertamente favorable a la creación de una Corte del Mercosur, aunque dijo que ese tribunal no necesariamente tiene que inspirarse en el modelo de la Unión Europea.
Lorenzetti tampoco acordó respecto a que el presidencialismo sería un obstáculo para la creación de la Corte y sugirió una construcción “progresiva” para un hipotético tribunal.
En ese sentido, dijo que en las primeras etapas podría haber tribunales ad hoc y propuso tomar el modelo del Tribunal Electoral de Brasil. Lorenzetti enfatizó que la idea de un tribunal para el MERCOSUR cuenta incluso con el apoyo manifiesto del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva.
Instó a crear un tribunal regional, porque, dijo, “tenemos que tener esperanzas en el MERCOSUR porque hay que definir políticas de Estado para las próximas generaciones”.
Sentada entre el público, estaba atenta la magistrada Inés Weinberg de Roca, miembro del Tribunal Penal Internacional para Ruanda. DiarioJudicial.com habló con ella. La magistrada sostuvo que la creación de una Corte del MERCOSUR “es factible, posible, y deseable”.“La experiencia internacional demuestra que hay que ser cauto en cuanto a la graduación; la Corte Penal Internacional es el ejemplo más acabado en ese tema. Las estructuras se forman rápido y cuando se torna costoso, se empieza a cuestionar la legitimidad del tribunal”, señaló.
La jueza señaló que “la justicia siempre se crea cuando no hay otro remedio”, a diferencia de otros órganos del Estado.
Consultada con respecto a los temas sobre los cuales podría trabajar una Corte del MERCOSUR, la jueza dijo que los casos de terrorismo, narcotráfico o lesa humanidad no deberían ser tratados por tribunales de integración sino “tribunales que juzguen actos concretos y personas concretas”.
En ese sentido, ejemplificó que el TPI solo actúa por default, es decir, en caso de que la Justicia local no pueda o no quiera juzgar. “Y la justicia tiene más efecto cuando la aplica el Estado local”, afirmó.
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