El hecho ocurrió en una escuela pública de Alicante y un juez de instrucción de esa ciudad consideró que avalar este tipo de denuncias significaría desautorizar el trabajo de los docentes en la formación de los alumnos. El magistrado dijo que se pone “en claro riesgo la formación de los alumnos, a los que en ningún caso se les podría reprender por muy mal que hiciesen las cosas o cuando no cumpliesen los dictados del profesor.
Agregó que en el caso no hubo “contenido penal alguno” y que la denuncia "no es más que un dislate que trata de judicializar las pautas pedagógicas de los docentes", según informaron los diarios españoles El Mundo y El País.
El profesor castigó a la alumna por no presentar por segundo día consecutivo una tarea sobre el Día de la Comunidad Valenciana que era parte de un trabajo en grupo. Por eso, el docente la mandó al fondo del aula a escribir varias veces la frase “debo hacer lo que se me manda”.
El padre de la menor denunció que por esa situación su hija vomitó y que el profesor la obligó a recoger el vómito, lo que fue rechazado por el docente aunque reconoció que la alumna lloró por el castigo.
Inclusive el maestro explicó que por el castigo citó a los padres de la alumna con quien mantuvo una conversación cordial de una hora por lo que le sorprendió la denuncia.
El fiscal de la causa solicitó la absolución del docente porque la denuncia por falta de delito. El juez compartió el criterio y sostuvo que así los maestros se someten a “la posibilidad de ser denunciados y, como mínimo, sufrir la llamada ´pena de banquillo”.