En 1974, cuando fue condenado a cadena perpetua por la violación, el secuestro y robo de un menor de 9 años, Bain, un ciudadano afroamericano, tenía 19 años.
El hombre, que hoy tiene 54 años, fue liberado pues una ley de Florida permite, desde 2001, la reapertura de casos para otorgar la posibilidad de realizar pruebas de ADN.
A Bain le había sido negada esa posibilidad pese a reiterados pedidos. Pero su caso fue tomado por Proyecto Inocencia, un grupo que abogados querellantes en este tipo de causas, que logró que una Corte de Apelaciones le reconociera el derecho de hacer el estudio genético, que permitió finalmente conocer su inocencia.
El juez que le concedió la libertad anunció: “Señor Bain ahora usted es un hombre libre”. El hombre salió de la Corte con una camiseta negra sobre la que se leía la frase “not guilty” (no culpable).
“No estoy enojado” por lo ocurrido, “tengo un Dios”, dijo Bain a los medios de comunicación estadounidenses.
Desde 1992, la organización Proyecto Inocencia logró devolver la libertad a más de 100 personas, algunas de ellas incluso condenadas a pena de muerte, a través de pruebas de ADN.