Después de atravesar un laberinto de decisiones judiciales y administrativas, la gente del Barco Casino va recuperando el aliento. Es que después de la prohibición de uso que decretara un juez de primera instancia hace dos meses, luego dejada sin efecto por resolución de una cámara capitalina, se le suma ahora la decisión de la Aduana de autorizarle el trámite de nacionalización definitiva del buque que la firma española Cirsa S.A. utiliza como plataforma para la explotación del Casino de Buenos Aires, sociedad que por la importación de ese mismo barco había sido denunciada por supuesto contrabando. La resolución aprobada por el contador Eduardo Cassullo, contra todos los pronósticos, no despertó la previsible ira del diputado Manuel Martínez –denunciante del barco en cuestión-, sino todo lo contrario: el diputado se mostró conforme con las explicaciones que le brindó el Administrador de Aduanas en la reunión que mantuvieron hace dos semanas en la sede de la calle Azopardo, a tal punto que después de esa “cumbre”, se convirtió en el portavoz de la medida.
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