Casanovas se había lanzado con su propuesta el martes en el sepelio de la maestra Maritza Prezzolli, asesinada en una escuela de Olavarría por uno de sus alumnos de 15 años, que le habría clavado un cuchillo luego de ser desaprobado en un examen. “Habría que contemplar la posibilidad de no poner límite de edad porque hay casos de chicos de 13 años que tienen la madurez superior a uno de 18”, dijo el ministro del gobernador Carlos Ruckauf.
Desde un punto de vista diametralmente opuesto, De la Rúa explicó hoy que “es indispensable tener un mecanismo de tratamiento eficiente, porque aunque el menor de quince años sea o no imputable, según los criterios modernos del derecho de menores, el tratamiento va a ser semejante”. El titular en el ámbito nacional de la cartera de Justicia dijo además que “el tema no está en bajar la edad de la imputabilidad, sino en establecer un régimen de menores que no sea una simple separación del menor, sino una reinserción en la sociedad”.
De todas formas, De la Rúa admitió que “el sistema es insuficiente tanto en la Nación como en las provincias, y no cumple sus funciones como debiera, sino que lo hace parcialmente”. Volviendo a oponerse a Casanovas, un fanático de toda política de seguridad relacionada al autoritarismo y la mano dura, el hermano del presidente manifestó que “pensar que la pena severa es la medida a adoptar no es una solución a largo plazo”.
Al ser consultado sobre los lugares donde se registraban las fallas del sistema, De la Rúa dijo que “están en la escasez de institutos, de personal y en la saturación de la magistratura con el problema, lo que no permite diferenciar las situaciones, que es la clave en el tema de la minoridad, ya que aquellos que han cometido delitos necesitan un régimen mucho más intenso de resocialización o reeducación”.