Acompañado por su colega, el Ministro de la Corte Suprema Juan Carlos Maqueda, y el titular del Ministerio de Seguridad de la Nación, Arturo Puricelli, el juez Eugenio Raúl Zaffaroni presentó un informe estadístico respecto de los homicidios dolosos acaecidos en el año 2012.
En un acto que agrupó a diferentes personalidades del Poder Judicial, tanto de las provincias, como de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires, como así también representantes de los Ministerios Públicos y de la política local, el magistrado dio a conocer las cifras del delito más gravoso, que sirve también como parámetro internacional para medir la violencia urbana.
Se trató de un trabajo cuantitativo, que hizo un recuento de las cifras de esos delitos, ocurridos en la Ciudad de Buenos Aires, en la Provincia de Buenos Aires, y en la Ciudad de la Plata, y en el que se discriminó tanto las zonas con mayor porcentaje, la cantidad de casos resueltos, los móviles del delito, y también las características de víctimas y victimarios.
Los números, fríos, dejaron entrever una realidad ya conocida, las más altas tasas de criminalidad se observaron en los lugares de mayor conflictividad social, como son los barrios de emergencia. “Los pobres se matan entre ellos”, fue la sentencia de Zaffaroni, dando un claro mensaje al ideario común respecto de los homicidios en ocasión de robo, con otra aclaración, homicida y víctima, en un alto porcentaje, eran conocidos entre sí.
La investigación se dividió en dos partes, por un lado, lo referente a la Ciudad de Buenos Aires, con una masa de 2.9 millones de habitantes y por el otro, respecto del conurbano bonaerense y la Ciudad de la Plata, con una población de casi 11 millones. Zaffaroni aclaró, preliminarmente, que en esta oportunidad se iba a precisar lo referente a la Ciudad, ya que estaba previsto otro acto en el Teatro Argentino de la Plata, para mostrar los datos del conurbano.
En números generales, se registró en la Ciudad de Buenos Aires un número de 158 homicidios, lo que, según los parámetros estadísticos, sería un porcentaje de 5.46 homicidios cada 100 mil habitantes. Pero el estudio puso de relieve la existencia de un “mapa de calor”, que precisaba las zonas urbanas con mayor índice de homicidios.
Ese es el punto central de la investigación de Zaffaroni, ya que el estudio arrojó como resultado una concentración de crímenes en la zona sur de la Ciudad, en barrios como Barracas, Flores Sur, Retiro y Lugano. Y ello se hizo palpable en los números, esos barrios registraron un porcentaje de 10,6 homicidios por cada 100 mil habitantes, mientras que el resto de la Ciudad fue de 3,5.
Además, los mayores registros pertenecieron a barrios de emergencia, como las villas Zabaleta, 31 bis y 1-11-14. En el aspecto temporal, la mayoría ocurrió en horas nocturnas o de madrugada, y en los fines de semana. Otro dato destacable fueron los móviles de los delitos, con casi 40% referido a las riñas, y otro tanto similar a los robos, con la aclaración de que se trato de robos en los mismos barrios, “ningún pobre sale a robar a barrios de ricos”, reflexionó el juez al finalizar la conferencia, en una charla con periodistas.
Otra particularidad fue el descenso de homicidios respecto de los dos años anteriores, ya que hubo un total de 168 (5.81) en 2010, 190 (6.57) en 2011, y los 158 del pasado año. Contra otros prejuicios respecto de la calidad de los victimarios, Zaffaroni dejó en claro que el informe no arrojó un alto porcentaje de homicidas de otras nacionalidades, y que “el porcentaje de casos con menores de 16 años es ínfimo”.
La Provincia de Buenos Aires arrojó resultados que, si bien pueden ser considerado alto, el número final no es el imaginado, “me imaginaba que iba a ser mayor”, opinó el ministro del Alto Tribunal. Es que los 789 homicidios registrados significan 7,66 homicidios cada 100 mil habitantes, Para graficar mejor, Zaffaroni aclaró que en países como Brasil o Colombia tienen un porcentaje cercano al 20.
El total de ambas, sumado a La Plata, alcanzó el número de 986 homicidios, con un porcentaje de 6.86 cada 100 mil habitantes “No es para alegrarse ni para entristecerse”, manifestó Zaffaroni, “son los números fríos”, cerró a continuación.
Pero también hizo un juicio de valor sobre el rol de los medios en cuanto a la información sobre los delitos, “hay una sobreestimación y una subestimación”, afirmó el juez al referirse a los casos mediáticos con víctimas pertenecientes a la clase media, en relación con las de habitantes de barrios carenciados. Parece que hay “víctimas de primera y segunda categoría”, se sinceró después.
El ministro puso acento en el hecho de que la Argentina tiene un porcentaje bajo de estos crímenes, similar al de países como Chile o Uruguay, respecto de naciones como Brasil, Colombia o México, pero sigue muy lejos de países desarrollados, como los de Europa o Canadá. “Hay que ser optimista, si uno quita los datos del cordón sur de la ciudad, se observa que tenemos porcentajes similares a los europeos”, consignó el responsable del trabajo.
Como palabras finales, dejó en claro que investigaciones como la presente, intentaban servir como medida de prevención a fin de evitar nuevos sucesos dañosos, “La prevención de la muerte violenta es una de las tareas principales de un Estado” destacó Zaffaroni, y manifestó su interés por la creación de un sistema para monitorear esos casos, “pero no sólo de homicidios, sino también de suicidios y de accidentes de tránsito”. “Salvar una vida es salvar un infinito”, concluyó.
matías werner
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