La Cámara del Crimen confirmó el sobreseimiento de un policía que mató a dos delincuentes que quisieron robarle en su casa particular. Los detalles de la sentencia que justificó el hecho en base a la legítima defensa.
La sala I de la Cámara del Crimen, con las firmas de Jorge Luis Rimondi y Rodolfo Pociello Argerich, confirmó el sobreseimiento de un policía que mató a dos delincuentes que quisieron robarlo en su casa particular.
Se trata de la causa “V., D. S. s/sobreseimiento” donde la sala confirmó un fallo de primera instancia que sobreseyó al policía que abatió con su arma reglamentaria a dos individuos que pretendían robarle su rodado particular, también con armas.
La presentación de la apelación fue presentada por la querella, a la que adhirió el fiscal general. La sala confirmó el sobreseimiento precisando que actuó amparado bajo la causal de justificación de la legítima defensa (art. 34, inciso 6, C. Penal).
Según explicaron los camaristas, existió una agresión ilegítima (art. 34, inc. 6 “a”, C. Penal), actual, es decir en curso, de tal manera que estaba obligado a actuar para neutralizarla.
Agregan, que el medio empleado para impedirla o repelerla (art. 34, inc. 6 “b”, C. Penal) fue racional -que supone la imposibilidad de usar otros medios menos drásticos-. Por último, consideran también verificado el requisito legal de la falta de provocación suficiente por parte de quien se defendiera (art. 34, inc. 6 “c”, del C. Penal), por lo que concluyen que el imputado actuó “justificadamente”.
Asimismo descartaron “la existencia de un exceso intensivo como lo plantea la fiscalía pues la acción no duró ni lesionó más de lo racionalmente necesario atento las circunstancias en que sucedió el hecho”.