Además, Rodríguez confirmó a Diariojudicial.com que antes del fin de semana presentará ante el Consejo un recurso en el que hará “una descripción pormenorizada de las irregularidades” que considera que se cometieron en el proceso al cuestionado magistrado, y también solicitará una clarificación del objeto procesal, “para que haya un encuadre coherente que permita la defensa”.
El enojo de la defensa de Liporaci está basado en las firmes versiones que indican que la acusación estaría ya decidida por cinco votos contra uno, inclusive sin recibir el expediente de 2 mil fojas en el que el juez federal Gabriel Cavallo investiga el enriquecimiento ilícito, ahora en manos del cuerpo de peritos contables de la Corte Suprema, y sin la versión estenográfica de las declaraciones de los tres testigos que se presentaron el lunes.
“Están corriendo una carrera contra el tiempo y cumpliendo órdenes políticas porque alguien bajó el pulgar”, disparó Rodríguez que completó: “Parece que no les importa pasar por encima de la Constitución, como si el fin justificara los medios”.
La mayor preocupación del letrado, y en la que basará su reclamo ante los consejeros, es la supuesta indefinición del objeto procesal, al que calificó como “difuso” y que, según él, coarta el derecho a la defensa del magistrado. La discusión en el seno del Consejo es cómo se lo acusa a Liporaci: a esta altura está claro que no se trata de enriquecimiento ilícito, presunto delito sobre el que trabaja Cavallo, y que para ser utilizado por la Comisión de Acusación, tendría que basarse en una potencial condena.
Lo más probable es que la acusación se base en un presunto mal desempeño de las funciones del juez. “¿En el trámite de qué causa, dónde radica?”, se pregunta el letrado.
Respecto de las pocas posibilidades del ejercicio de la defensa que denuncia Rodríguez, lo más probable es que los consejeros argumenten que esa facultad constitucional será otorgada de darse la instancia del Jurado de Enjuiciamiento.
El abogado de Liporaci entiende que el aceleramiento de la causa de su cliente ante el Consejo se debe a una necesidad del partido político que comanda Carlos “Chacho” Álvarez. “Nace de la debilidad política del Frepaso, que necesita una victoria después de la gran derrota que significó la renuncia de Chacho”.
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