“Positivismo criminológico. Conceptos abandonados hace casi 100 años han recorrido esta sala durante esta audiencia”, apuntó el abogado del juez Axel López, Adrián Albor, en referencia a las declaraciones del psiquiatra Ramiro Islas. El profesional de la Salud fue el encargado de realizar una entrevista con Juan Cabeza, asesino de Tatiana Kolodziey, en la que determinó que iba a incurrir nuevamente en sus actitudes como agresor sexual.
Las declaraciones de Islas motivaron una extensa respuesta tanto de Albor como de Eugenio Zaffaroni, quien también ofició de defensor del magistrado, durante la lectura de los alegatos. En este sentido, la acusación mantuvo las posiciones iniciales, es decir, desapego al artículo 13 del Código Penal, no haber adoptado todas las medidas conducentes para que Cabeza no reincida, y no custodiar la efectiva vigencia “de los Derechos Humanos fundamentales”.
La respuesta de la defensa fue mucho más extensa y se detuvo en cada uno de los puntos que se le imputan a López, además de que se introdujo un debate epistemológico en el cual Zaffaroni advirtió al tribunal los peligros de tomar por completamente irrefutables los argumentos sobre la base “biológica” de una persona que brindó el psiquiatra.
En concreto, durante su declaración testimonial, el psiquiatra explicó su posición con respecto a la constitución psíquica de un agresor sexual con una alegoría: “El alacrán le pide a la rana que cruce el río, y ésta desconfía y le dice ‘si cruzo me vas a picar’. Cuando finalmente cruza y es picada, la rana le dice ‘me engañaste’, a lo que el alacrán contesta: ‘Está en mi naturaleza’”. Además, Islas precisó que nunca dictaminó a favor de conceder la libertad condicional a un violador.
Esto provocó una respuesta concisa de parte de Albor y Zaffaroni durante la lectura de los alegatos, donde no faltaron referencias a los exponentes criminológicos del lombrosianismo, es decir, de aquella corriente que creía que existían constituciones biológicas que predeterminaban el comportamiento humano.
“Si no hay cura, si es una constitución que no puede ser modificada, ¿para qué se crean programas como el CAS (en referencia al tratamiento al que acceden, de forma voluntaria, los agresores sexuales alojados en el Sistema Penitenciario Federal)? ¿Cuál sería el sentido?”, se preguntó Zaffaroni, a la vez que realizó un señalamiento acerca del problema relativo al sentido común.
Según los defensores de López, al juez se le imputó no usar el sentido común a la hora de firmar la libertad condicional de Cabeza. Pero tanto Albor como Zaffaroni se encargaron de recordar que el condenado había tenido 144 salidas transitorias, y que en el informe vinculante donde se establecía la calificación de conducta se precisaba que el agresor sexual de Tatiana tenía un 10.
“Se le reprocha haber aplicado la ley en lugar del sentido común. Un eufemismo como es el sentido común. Precisamente porque no hay un sentido común universal es que se sancionan leyes, para que los jueces puedan fundar sus decisiones”, explicó con énfasis Adrián Albor, y añadió que el problema era que “a cierto sector del poder no le gusta la sentencia (en relación a la decisión de brindar la libertad condicional a Juan Cabeza)”.
Albor también señaló que “no es una sentencia plancha, en el marco de lo que yo llamo el “derecho carbónico”, que es cambiar el nombre del encausado y copiar el expediente. Que sí fue lo que hizo Islas, ya que solo tuvo un encuentro con Cabeza, una entrevista de 20 minutos. En su posicionamiento no hay referencias concretas al caso de Cabeza”.
Zaffaroni respaldó este argumento añadiendo todas las constancias que tuvo en cuenta Axel López: las salidas transitorias, los informes del SPF, e inclusive, el de Islas, al cual no tuvo en consideración por no tener referencias concretas a la historia clínica general de Cabeza. Y en este sentido, no se olvidó de hacer una crítica al sistema de Ejecución Penal.
“¿En qué otro lugar del mundo se conoce un sistema de Ejecución Penal en el que los jueces no tengan contacto directo con el condenado?”, se preguntó el ex juez de la Corte Suprema de la nación. “La Justicia de Ejecución Penal debe ser controlada con inmediación, el magistrado tiene que tener contacto directo con el preso”.
Zaffaroni asestó una dura crítica contra los medios, al afirmar que este proceso fue propiciado desde esos espacios de comunicación: "El daño ya está hecho porque nunca debimos llegar a esta instancia. El juicio político infunde temor. Los otros jueces de Ejecución van a tener miedo. El mismo López va a tener miedo", espetó el representante del magistrado.
dju
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