La empresa, dedicada a la elaboración de tejidos de denim indigo con 100% de algodón, tela utilizada para la confección de jeans, se presento a concurso declarando un activo de $ 25.680.455,98 y un pasivo de $ 19.407.835,22.
La sociedad conformada por el empresario local Lázaro Azar con el 2,57 % y Charlotte Textil e Holding AG. (sociedad constituida en Suiza) con el 97,43 % restante, abrió sus puertas en 1992 teniendo como mercado el de la ropa formal e informal, ropa de trabajo y uniformes. La empresa experimentó hasta fines de 1998, un proceso de crecimiento y de fuertes inversiones en maquinaria que derivó en la construcción de un edificio acorde, con el consecuente crecimiento de la capacidad instalada y la dotación de personal, para poder satisfacer la demanda nacional y exportar volúmenes importantes de mercaderías. Esta incorporación permanente de tecnología de punta podía realizarse a base de los créditos externos.
Una serie de circunstancias afectaron negativamente la dinámica de la empresa: la caída de las ventas de los productos semielaborados y terminados con su incidencia en la merma de la facturación (a pesar de existir un crecimiento en la participación de mercado, durante el ‘98 tuvo un 38% de caída en su facturación), el aumento del costo financiero, la retracción general del crédito y el sobre dimensionamiento del personal.
Pero la principal dificultad a la que se enfrentan las empresas del sector son las ocasionadas por la restricción del crédito doméstico y la agresión sufrida por la desventaja comercial que implica el Mercosur.
En los últimos 3 años se produce el crecimiento de las importaciones de los productos a partir de la vigencia de la posición arancelaria (específica del denim) 52.09.4210.00, que permitió la invasión de productos brasileños que absorbieron el 40% del mercado nacional, desplazando a los fabricantes locales.
El dumping de las mercaderías brasileñas se expresa claramente en las distintas condiciones de producción y exportación basados en créditos de prefinanciación para la exportación, precios diferenciados, créditos blandos y zonas de promoción industrial. la relación de la capacidad industrial Brasil 7 a 1 con respecto a la industria Argentina.
Las empresas productoras de denim en conjunto presentaron un planteo anti dumping: Alpargatas, Grafa, Fibratex e Iberoamericana. Esto se dio en paralelo al proceso iniciado por la F.I.T.A. para imponer cupos de importación para los tejidos en general. El planteo se hizo en forma particular por tener en vigencia una posición arancelaria específica.
La situación es similar en todo el sector. Alpargatas esta en crisis y renegociando su deuda; Iberoamerica, al tener una planta más pequeña y versátil, tuvo que re orientar su producción hacia otros tejidos, y Grafa, al pertenecer a una compañía brasileña, Santita Alpargatas del grupo Bunge & Born relativizó el impacto de la caída de sus ventas. Lázaro Azar, presidente de Fibratex S.A., especifica “los daños se pueden verificar y cuantificar claramente. Si pensamos solamente que el precio del denim esta compuesto en un 60% por el costo de la materia prima y que el Brasil adquiere el 50% de la producción Argentina de algodón al que le agrega valor y lo vuelve a exportar a la Argentina con un valor 30% menor que lo que les cuesta producir a los productores locales”.
Ante la denuncia anti dumping, la Comisión Nacional de Comercio Exterior, dependiente del Ministerio de Economía, presidida por el embajador Jesús Sabra, en su dictamen del 17 de agosto enuncia que “si bien la industria nacional de denim presenta principios de daño, no se lo puede asociar a la importaciones realizadas”. Ante esto Azar afirma “Cuando terminen de constatar cuál es la causalidad todas las empresas del sector van a estar fundidas. Es imperioso corregir las asimetrías del Mercosur, por más que exista tecnología de punta y niveles de stock importantes no hay rubros ni empresas que puedan aguantar la devaluación de la moneda brasileña. El nuevo gobierno tiene que implementar medidas para corregir las desigualdades. ”
El exceso de producción de la industria brasileña es orientado hacia la Argentina por medio de las empresas mixtas, a lo que se suma la actividad de los importadores transitorios, que no ocupan mano de obra, ni poseen estructura ni trabajadores en condiciones de dependencia, y aquellos que le venden sub facturando los valores de las mercaderías. La evasión del pago de los impuestos es solo una característica de como afectaba los negocios y al mercado nacional.
A esto se le suma la caída en los volúmenes de exportación de tejidos de denim que pasó de un 44% en 1997, a 11% en el 98, y finalmente a 8% en el primer trimestre de 1999 (con relación al igual periodo del año anterior), lo cual se ve agravado por el perjuicio provocado por la DGI al no reintegrar el IVA correspondiente. Esto en un cuadro general donde la morosidad e incobrabilidad de los clientes, muchos en concursos o en estado de quiebra, implica la ruptura de la cadena de pagos y las constantes perdidas de fuentes de trabajo. La cantidad de trabajadores empleados en el sector paso de 3660 en el 96 a 2619 en marzo de 1999 la importación en el sector se incremento en un 25% en el 97 y un 38% de 1998.
La empresa funciona para cubrir los costos corrientes, soportando la necesidad de vender por debajo de los costos. El precio del metro de denim pasó de $3 en 1996 a 2,20 en la actualidad. El índice de la deuda, medido con respecto a la facturación aumentó en un porcentaje del 50% al 75%.
Fibratex produce 470 mil metros por año, la planta funciona normalmente con 250 operarios que trabajan en tres turnos, inclusive los sábados y domingos. Esto es posible gracias al apoyo de los proveedores que no cortaron el suministro de las materias primas.
Las principales deudas son bancarias y comerciales. Los acreedores mayoritarios estaban dispuestos a armar un club de bancos para negociar la deuda. Esto fue imposible de implementar dado los pedidos de quiebra presentados por el Banco Francés y el Banco Río de la Plata que no representaban ni el 3% del pasivo. Al que se sumo el pedido de quiebra realizado por una empresa de origen brasileño Bann Química Ltda., proveedora de anilinas, lo cual aceleró el proceso. El reclamo sobre la inmediata cobertura de sus acreencias, tendría dos efectos: privaría a la sociedad del necesario capital de trabajo y de giro inmediatos para el mantenimiento del negocio y privilegiaria la posición de determinados acreedores en detrimento de las deudas de otros acreedores con plazos ya vencidos y a vencer en el corto mediano o largo plazo. Para preservar el principio de igualdad de los acreedores Fibratex S.A. pidió el concurso.