Es la gestión que se le presenta al ex camarista
de la Casación Penal, Jorge Casanovas que este lunes asume como ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires. Por la época del año -los penales son un hervidero en pedido de
conmutaciones de pena y motines para apurar trámites judiciales- y por la nueva separación con la Secretaría de Seguridad -Aldo Rico se lleva la mayor parte del presupuesto-
el flamante funcionario no tendrá las cosas fáciles. El primer tropiezo fue que la Corte -pese a que él particularmente no la
había solicitado pero la esperaba- no accedió a conceder licencias sin goce de sueldo para mantener los cargos de los jueces que vayan a ocupar funciones a los poderes Ejecutivo, ya sean de la Nación o de las provincias. Por ello, Casanovas renunció y se jugó a todo o nada aunque muchos esperan que en un caso extremo se incorporarà a la Justicia bonaerense por su vasta experiencia y por las relaciones que teja desde ese alto cargo.
dju / dju
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