Sobre Olivera pesa un pedido formulado al Colegio de Abogados de la Capital Federal para que se le retire la matrícula, luego que fuera detenido en Italia ante una solicitud de extradición por parte de la justicia gala, que lo reclama por el asesinato de la joven Marie Anne Erize, cuando cumplía funciones en una unidad militar de San Luis.
La Corte de Apelaciones de Roma le concedió la excarcelación luego que sus abogados presentaran una solicitud de defunción adulterada a modo de certificado de muerte de Erize.
La Corte Suprema de Casación de la península itálica declaró la nulidad de esa resolución al comprobarse que ese documento era falso, pero Olivera ya había viajado a la Argentina donde no tiene causas penales en su contra, favorecido por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
Al ser sorprendido cuando intentaban abandonar los tribunales por una de las puertas laterales para eludir la guardia periodística, Olivera negó que haya asumido la defensa de sus propios abogados y se limitó a señalar: "estoy trabajando".
Antes había estrechado la mano de los policías encargados de la seguridad del edificio, poco después de las 15 cuando ya había finalizado el horario de Tribunales.
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