Pero este abogado debe atender otro frente en la complicada trama judicial del tema de las armas, y en este caso debe hacerlo como abogado defensor. Se trata de la causa que tiene en la actualidad un meneado trámite en el fuero Penal Económico. Allí el año pasado el juez Aguinsky ordenó la captura internacional de Roberto Sassen van Esloo y de César Torres Herbozo, los mandantes del abogado Bootello en todos sus reclamos contra la Argentina. Los fundamentos de esa acusación habrían sido en gran parte suministrados por los propios imputados ya que no sólo Sassen reconoció abiertamente ante el periodista Martín Pittón haber sido protagonista de toda la operación de compra del armamento, sino que también confirmó sus negociaciones con Sarlenga (preso), De la Vega (preso), Palleros (prófugo), Lasnaud (prófugo) y Estrada (muerto en circunstancias dudosas), y sabiendo que las armas que él compraba para venderle al Estado ecuatoriano salían del país bajo un decreto que decía “Destino: Venezuela”. Para preservar las posibilidades de su reclamo patrimonial contra el Estado Argentino, Bootello deberá liberar a toda costa a sus clientes de la imputación de partícipes primarios (con conocimiento de la triangulación ilegal) en la maniobra de contrabando. Justo que el ministro Gil Lavedra dijo que hay que combatir el contrabando y que en el Poder Judicial “hay que cuidar el mango”.
hugo morales / dju
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