La investigación del juez federal Carlos Liporaci empezó cuando la empresa "Argencard" denunció las compras, que nunca habían realizado sus clientes y que, sin embargo, aparecían facturadas en distintas firmas que ofrecen productos en Internet. Los "hackers" y sus cómplices adquirían libros, compacts, programas de computación, DVD y electrodomésticos y se los hacían enviar a distintos domicilios, en algunos casos como si se tratase de regalos.
A raíz de ello, Investigaciones Preventivas de la Policía Federal comenzó un seguimiento de seis meses que terminó con los allanamientos realizados esta madrugada en casas del sur bonaerense y en un local de Capital Federal. El grupo fue descubierto cuando se logró establecer un patrón de compra y las rutas de acceso que se usaban como, por ejemplo, una dirección de correo electrónico en el popular portal "Yahoo".
Los piratas informáticos concretaron así unas 46 compras virtuales, que pagaban con números y claves de tarjetas de créditos de desconocidos -extraídas también de la red- y afectaron a 24 comercios con sucursales virtuales, como la librería norteamericana "Amazon" y el sitio "CD Now".
Si bien la mayor parte de las firmas afectadas tienen sus sedes en Estados Unidos, España y Argentina, todos los detenidos viven en el partido bonaerense de Avellaneda y su cabecilla, identificado sólo como Martín, manejaba un centro de copiado de CD pirata. Además de comprar por Internet, el grupo fabricaba plaquetas que suplantaban las tarjetas telefónicas y llamaba sin pagar al exterior desde cualquier teléfono público. También violaba páginas de grandes empresas y lugares de información de discotecas como "Divino Buenos Aires".
En los domicilios allanados se secuestraron 10.000 copias ilegales de compacts, 8.500 diskettes con programas de copiado, 15 máquinas copiadoras de CD e impresiones con datos de usuarios de tarjetas de crédito. Además, la policía encontró programas para "crakear" (violar) claves de acceso a datos confidenciales y otros que se usan para dañar correos electrónicos, como el llamado "E mail bomber". Los apresados están acusados de asociación ilícita, estafas reiteradas e infracción a la las leyes 11.723, de propiedad intelectual, y 22.362, de falsificación de marcas.