Esta decisión del juez nicoleño -fue anticipada por este diario en su columna IN VOCE el pasado fín de semana- incluyó también levantar el secreto de sumario que pesaba sobre las actuaciones. A los dos primeros policías los acusó de haber sido autores materiales de las muertes del gerente Carlos Chaves y de Carlos Santillán -contador de la entidad de Ramallo-. Al otro efectivo lo inculpó por las heridas que sufrió el propio contador -las cuales, según se determinó, no le causaron la muerte, ya que falleció como consecuencia de otros disparos-.
Las víctimas habían sido baleadas mientras iban a bordo del automóvil Volkswagen Polo en el que los delincuentes intentaron escapar con los rehenes. Las prisiones preventivas recayeron en el suboficial Oscar Alberto Parodi -uno de los acusados de homicidio simple-, quien integraba el comando San Nicolás de la Policía bonaerense, ya que de su fusil FAL salieron los disparos que mataron a Chaves. El sargento del Grupo Especial de Operaciones (GEO) Ramón Ignacio Leiva, fue acusado por el mismo delito que Parodi. El cabo primero Carlos Aravena, en tanto, fue acusado de "homicidio en grado de tentativa". De acuerdo con lo dispuesto por Villafuerte Ruzo, las balas que salieron de las armas de Parodi y Leiva hirieron de muerte a Santillán y Chaves, mientras que los proyectiles que disparó Aravena provocaron heridas sólo en el primero de ellos. Los policías procesados formaban parte del grupo de operaciones que en la madrugada del 17 de septiembre de 1999 estaban apostados en las inmediaciones del Banco Nación de Villa Ramallo, donde tres delincuentes mantenían como rehenes a Chaves, a su esposa Flora Lacave y a Santillán, quien también murió en el hecho. Por otra parte, el comandante mayor José Luis Ardiñán, director de pericias de la Gendarmería Nacional, aseguró que los resultados de los análisis que se efectuaron en el marco de la causa "fueron muy contundentes y claros". "Esto es porque se han identificado tres de los proyectiles, de los cuatro que arrojaron las autopsias, como los causantes de la muerte de las dos personas que venían en el vehículo, tanto del gerente como del contador", explicó Ardiñán. Según el perito, "esto permitió que tras identificar el proyectil, se identificó el arma y por ende al poseedor de la misma" como el responsable de los disparos.