Por otra parte, la intervención de una computadora, el sistema, la red, la cesión ilícita de contraseñas o la difusión de cualquier otra información confidencial sobre el sistema, es considerado como un delito menor, con una pena máxima de cinco años y una multa de $10.000.
La norma entrará en vigor a fines de julio.
Se trata de otra respuesta a la creciente ola de ataques informáticos que viene sufriendo el mundo digitalizado, cada vez más globalizado y mejor comunicado, pero, a la vez, más frágil. El caso más famoso de los últimos tiempos fue el del virus I Love You.
Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones que puedan animar a los impulsores de medidas como la intentada en Pennsylvania, los especialistas dudan de la eficacia de normas locales. Internet es un fenómeno que trasciende fronteras. Sin una legislación global es casi imposible la prevención y los delitos cometidos a través de la Red.