Cavallo permanece en prisión preventiva en la ciudadde México desde el 24 de agosto pasado, cuando fue detenidopoco antes de que viajara a la Argentina.
Tras comprobar la verdadera identidad de Cavallo, al que seconocía con el nombre de Miguel Angel durante su época en laESMA, el juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzóndictó el procesamiento de Cavallo en un auto que amplía otrodel 2 de noviembre de 1999, en el que ya procesó a 98 militaresargentinos. Garzón instruye un sumario por delitos contrala Humanidad presuntamente cometidos por la Juntas Militaresdurante la dictadura entre 1976 y 1983.
En su resolución de hoy, el juez ratifica el auto de prisiónincondicional y la orden de internacional de detención, dictadapor la Audiencia al día siguiente del arresto de Cavallo, "quese concreta en estos hechos y fundamentos" y que se remitiráa la Justicia de México vía Interpol, "sin perjuicio deformular la petición de extradición en el plazo legal".
El juez recuerda que Cavallo aparece como imputado en elsumario desde el 7 de julio de 1998, aunque con el nombre deMiguel Angel. Garzón explica que en el auto de procesamientoque dictó el pasado 2 de noviembre no pudo incluir a Cavallo"por faltar datos que concretaran la identidad en la peticiónde las partes acusadoras" que le identificaban como "MiguelAngel", "Serpico" o "Marcelo", aunque recuerda que en dichoauto se dejaba "la puerta abierta para concretar su adopciónsi se concretan tales hechos". No es hasta el día 28 deagosto, relata Garzón, cuando las acusaciones populares aportanun escrito "completando los datos de identidad" de Cavallo,"cuya falta impidió adoptar la medida de procesamiento". Según el juez, Cavallo integraba el grupo de Tareas en laESMA, centro clandestino de detención al que se estimaimplicado en la desaparición de 5.000 personas y en el que losretenidos eran sometidos "a condiciones inhumanas de vida(tormento, torturas, vejaciones, reducción a servidumbre)". Cavallo es además "uno de los pocos oficiales que pasa portodas las áreas represivas de la ESMA, y, por ende, con unaposición prevalente en todas y cada una de las acciones allícometidas". Para Garzón, "aparece acreditado" que Cavallo,"participa presuntamente en forma directa y activa y tieneconocimiento consintiéndolas y coparticipando" en lasdetenciones, secuestros, "traslados", desapariciones, torturasfísicas y síquicas, con reducción a servidumbre, de laspersonas en la ESMA.
También le considera presunto responsable de la muerte dediferentes personas y reitera que "dado su grado de oficial yla responsabilidad jerárquica que ostenta, así como el cargoque desempeña en el Grupo de Tareas y después en el Area deInteligencia y en la denominada "Pecera", es claro queparticipa en todo el sistema de represión, desaparición yeliminación de personas". Asimismo le acusa de los delitoscontra la propiedad, allanamientos ilegales y falsedades "quese desarrollan en la ESMA, integradas en el plan superior derepresión genocida ideado y patrocinado por las JuntasMilitares".
Para imputarle toda esta actividad criminal, Garzón se basaen la quincena de testimonios que ha recogido en su juzgado alo largo de la instrucción de esta causa, así como en los másde veinte escritos que han llegado a su juzgado por víaconsular en los que se asegura que la persona detenida enMéxico es la misma que participó en el secuestro y torturas defamiliares.
Uno de estos testimonios es el que prestó hoy la españolaresidente en Buenos Aires Cristina Bárbara Muro, quien relatóal juez cómo Cavallo participó en el allanamiento de sudomicilio el mismo día en que fue secuestrado su marido CarlosAlberto Chiappolini -el 26 de febrero de 1977-, quien -aseguró-"no sobrevivió más de dos días en la ESMA", donde fue"salvajemente torturado".