Liporaci, antes de sumergirse en el hermetismo que guarda desde comienzos de esta semana, había admitido la posibilidad de volver a citar a Cafiero, en la presunción que "sabe mas de los que dijo" en su primera declaración testimonial.
Asimismo, el magistrado aguardaba una serie de medidas que el fiscal Eduardo Freire elaboró durante la jornada, tras la declaración testimonial del secretario de Hacienda, Mario Vicens.
Entretanto, el magistrado se anotició en horas de la tarde de la cuestión planteada en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales del senado, donde se debatía el pedido de desafuero de ocho de los legisladores a los cuales tiene previsto formularles "preguntas de cargo" durante una declaración indagatoria.
Sucede que el senador riojano Jorge Yoma, quien preside la comisión parlamentaria, y que fuera ratificado por la legislatura de su provincia, planteó que la posibilidad de abrir los sobres con los fundamentos del pedido por parte del juez, para su lectura, lo que podría implicar la "violación del secreto del sumario".
Sin embargo, el magistrado hizo saber que los integrantes de la comisión podrían analizar el contenido del expediente sin violar aquel secreto, siempre y cuando tomaran los recaudos para evitar su difusión pública, es decir su tratamiento a puertas cerradas.
Esta noche, a partir de las 20,00 el Senado tenía previsto abocarse al tratamiento del pedido del juez, existiendo posturas enfrentadas respecto al desafuero de los legisladores, siete justicialistas y uno de la Alianza, básicamente a partir de los números que se barajaban respecto de la composición de las mayorías y las minorías en la cámara baja.
En el senado existe mayoría justicialista, la que los legisladores de ese bloque no están dispuestos a renunciar, inclusive a la luz de un casi seguro apartamiento de Cafiero y el duhaldista Jorge Villaverde.
Por otra parte, el jefe de la Policía Federal, comisario Rubén Santos, se comunicó con Liporaci, a instancias del ministro de Interior, Federico Storani. Santos le ofreció al magistrado un refuerzo de su custodia, ante las amenazas recibidas por su hija. Liporaci aceptó reforzar la custodia para los integrantes de su familia, pero desechó esa medida para si mismo.