La dirigente de Memoria Activa, Laura Ginzberg, declaró esta mañana en su habitual pedido de justicia de los lunes frente al Palacio de Tribunales porteño que el escape de los detenidos del Departamento Central de Policía “demuestra la falta de importancia que se le da a la investigación del atentado contra la sede de la AMIA”, y denunció que a pesar de que ya se conoce a los responsables inmediatos de la masacre, “todavía quedan impunes los responsables mediatos, aquellos integrantes del aparato del Estado que siguen protegiendo a los culpables”.
Ginzberg, que aclaró que hasta el momento no hará una presentación ante la Justicia, se quejó de las condiciones de detención de Juan José Ribelli, Carlos Telleldín y Diego Barreda, tres de los imputados como responsables de haber proporcionado la camioneta utilizada para el atentado ocurrido el 18 de julio de 1994 y en el que fallecieron 86 personas. Barreda, detenido en la Superintendencia de Policía de donde se escaparon dos de los presuntos culpables del asesinato del vicepresidente paraguayo Luis María Argaña, tenía en su celda un teléfono celular que se habría utilizado durante la fuga y que todavía no ha sido encontrado.
Por su parte, el juez federal Gabriel Cavallo, a cargo de la causa del escape de la sede policial, negó ayer la excarcelación de los jefes de la Comisaría 6º, sospechados, al menos, de encubrir la fuga.
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