Solomon asegura que tiene suficiente evidencia como para demostrar que fue echada por cuestiones sexuales y que fue sujeto de un ambiente laboral hostil. De todas formas, la jueza Wood dijo que tendrá “una significante carga” para probar su caso en juicio contra Armani y otro alto ejecutivo de la compañía por haberse contradicho en una audiencia. Además, según la jueza, Solomon había tenido pocos contactos con el diseñador: durante tres viajes a Italia y en tres ocasiones en Nueva York.
Solomon denunció varias situaciones de acoso, incluida una en la que Armani la habría llamado en italiano “una p… difícil”. Sin embargo, según fuentes judiciales este insulto, en forma aislada, no alcanzaría para argumentar un caso de discriminación sexual, distinto del acoso y de su despido.
Aunque la publicista tiene todavía algo de crédito. Wood consideró que sería inapropiado desestimar su demanda, por tratarse no sólo de incidentes aislados, sino de una “humillación constante” que deberá ser probada.
Entre los episodios denunciados, Solomon describió una oportunidad en la que Armani la habría abrazado en forma “macabra, muy distinta de como abraza a los hombres en la oficina”. Además, Pino Brusone, jefe ejecutivo de Armani Corporation, le habría acariciado sus hombros sugestivamente mientras le decía al oído “Bonnie sexy sexy Bonnie sexy”.