20 de Noviembre de 2024
Edición 7095 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 21/11/2024

Tocar o no tocar, esa es la cuestión

Furiosas repercusiones tuvo el fallo del Tribunal Superior de la Islas Baleares, en España, por el que se obligó a una empresa a reincorporar e indemnizar a un directivo despedido por tocarle la cola a una empleada.

 
“Que un directivo toque el trasero a una empleada no es de tanta gravedad como el acoso sexual”. Aunque de gravedad sí han sido las acusaciones que recibió el Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares desde que se conoció ayer esta línea de su sentencia por la que la empresa Majórica –dedicada a la fabricación de perlas- fue obligada a reincorporar y además indemnizar por el equivalente a 130 mil pesos a un gerente que, según el fallo, “le dio palmadas en el culo” a tres empleadas.

La máxima autoridad jurisdiccional de la Baleares determinó que la conducta del directivo no era merecedora de despido y generó la rápida respuesta de las asociaciones de mujeres, de la Unión General del Trabajo (UGT), y de los dos principales partidos políticos de la oposición en España, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la Izquiedra Unida (IU).

Según Ana María Pérez, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, la decisión “legitima el acoso sexual en el trabajo”. Pero además de interpretar la sentencia, la dirigente criticó duramente a los jueces al afirmar que “el machismo está instalado en la cúpula judicial” y que la argumentación del tribunal es “impresentable”.

Irónicamente, desde el departamento de Mujer de UGT, Soledad Ruíz pidió que la decisión sea recurrida para “poner las cosas en su lugar”, aunque no dejó muy en claro cuál era ese lugar. Mucho más precisa fue Marisa Castro, de IU, que exigió que alguien “tome cartas en este asunto para que no se repitan estas sentencias que añaden más sufrimiento y más déficit de dignidad a la vida de las mujeres”.

Con un tono más cercano a lo “políticamente correcto”, la vocera de las mujeres del PSOE, Micaela Navarro, pidió en un comunicado a los magistrados que tuvieran en cuenta “el derecho fundamental de cada persona a decidir quién, cómo y cuándo puede tocarla”, además de aclarar que “independientemente del lugar que se toque, sea el trasero o la mano, es una agresión hacerlo sin el consentimiento de la persona”.

Quien no quiso entrar en polémicas fue el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, quien no se animó a valorar el fallo de los magistrados con el “desconocimiento de los hechos” como argumento excusatorio. De todas formas, destacó que “el machismo en la cúpula judicial” que denunciaron las asociaciones de mujeres, no durará demasiado tiempo más, ya que “el 50 por ciento de las personas que ingresan en las carreras fiscal y judicial son mujeres”, una tendencia que también comparten las féminas argentinas.



dju / dju
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