Etxebarria -un vasco francés de 37 años nacido en Bayona, con nacionalidad española y francesa- fue sentenciado por los delitos de asociación de ilícita con fines terroristas, que prevé un máximo de 10 años de cárcel, por tenencia de arma, municiones, documentos y matrículas falsos, y por robo de vehículo.
El condenado estaba considerado al momento de su captura, el 1 de agosto de 1999 en Tarbes (cerca del País vasco francés), en plena tregua (septiembre de 1998 a diciembre de 1999), como uno de los responsables del aparato internacional de ETA y brazo derecho de, Mikel “Antza” Albizu, presunto jefe político de la organización armada que busca la separación política del País Vasco de España.
Albizu participó en la única reunión entre ETA y el Gobierno de José María Aznar durante la tregua de la banda, celebrada en mayo de 1999 en Zurcí, Suiza, encuentro en el que medió Uriarte, el entonces obispo de Zamora y ahora de San Sebastián (Donosita, su nombre vasco).
La semana pasada, el fiscal antiterrorista francés Jean-Louis Lécué había reclamado seis años de cárcel contra Etxebarria, así como cinco años de privación de sus derechos civiles y familiares. El Tribunal aceptó hoy la primera solicitud pero no la segunda.
Lécué había pedido “una sanción severa contra un militante del aparato político e internacional situado en la jerarquía a un nivel que asegura la confianza de los dirigentes”, y había denunciado que “ETA comete asesinatos con una lógica de guerra civil”.
Durante el juicio llevado a cabo la pasada semana, Etxebarria no negó ni admitió su militancia en ETA, y acusó a Francia y España de paralizar las vías de arreglo del problema vasco durante la tregua, aunque los analistas especializados opinan que la banda terrorista sólo se prestó al período de paz para reunir un mayor armamento y entrenar a nuevos cuadros.
Bajo un asiento del Renault 19 en el que fue arrestado, la policía halló cinco juegos de matrículas falsas, en uno de los cuales se detectaron las huellas dactilares de Soledad Iparraguirre “Anboto” Guenechea, presunta responsable de los comandos legales de ETA, además del borrador de una carta dirigida por la banda al presidente cubano, Fidel Castro, y datos de seguimiento a un concejal del gobernante Partido Popular y a un periodista vasco.
Según el expediente, Etxebarria había huido de Bilbao (capital del País Vasco español) tras el desmantelamiento, el 18 de marzo de 1992, del “comando Mugari” de ETA, que operaba en Cantabria.