Abram, que según las pericias está aquejado de esquizofrenia paranoide, irrumpió en diciembre del año pasado en la mansión de los Harrison en Henley-on-Thames, una exclusiva zona al oeste de Londres, Inglaterra, y apuñaló repetidas veces al músico, convencido de que George era un hechicero que pretendía perjudicarlo. También hirió a la esposa de Harrison cuando acudió en ayuda de su marido.
Según las pericias del médico psiquiatra, Abram “creía estar poseído por Harrison y que los Beatles eran brujos del infierno montados en escobas voladoras”. Durante el juicio se supo que el acusado ya había estado internado en un hospital psiquiátrico pero había sido expulsado después de agredir a una enfermera.
Durante la audiencia judicial que se realizó ayer, Abram –que también tenía planeado matar a Paul Mc Cartney, ex bajista y compositor de la banda- se declaró inocente de los cargos que se le imputaban al alegar que padecía un desequilibrio mental temporal y responsabilizó del homicidio en grado de tentativa nada menos que a Dios, quien según Abram lo había enviado para matar al ex Beatle, presente en el tribunal durante la audiencia.
En su testimonio de ayer, Olivia declaró que estaba aterrorizada y creyó que ella y su marido iban a morir a manos del agresor. El matrimonio Harrison se encontraba en la cama cuando oyó ruidos y rotura de cristales. George se levantó y fue a ver lo que ocurría y fue sorprendido por el asaltante quien le redujo y empezó a acuchillarle apuntando al corazón.
En su declaración ante el juez, Harrison dijo que recordaba “muy vivamente la deliberada penetración del cuchillo mientras el pecho se deshinchaba y la sangre entraba en mi boca”. Quien salvó la vida del guitarrista fue su mujer Olivia, quien logró detener a Abram al golpearle la cabeza con una lámpara.