La mujer, que asegura que su hijo estaba dejando gradualmente y por su propia voluntad de tomar pecho, acusó a las autoridades de interferir indebidamente en el modo en el que ella cría al niño.
“Adora a su madre y no quiere ir contra lo que considera son sus deseos”, dijo en su sentencia la jueza Ann Einhorn. “Si el niño estuviera de acuerdo con la madre, no habría problema. Pero hay pruebas creíbles de que el niño no se sentía cómodo y de que la madre no cooperaba. No se atendían las peticiones del niño”, agregó.
El chico, cuya identidad no fue revelada en virtud de las leyes de minoridad, fue separado de la madre en julio después de que la niñera que lo cuidaba durante más de diez horas por día recibió quejas del menor de que su madre le daba pecho contra su voluntad.
Además, la mujer (de 32 años) dormía con el niño, y en ocasiones lo hacía desnuda, según las declaraciones del chico ante autoridades judiciales. La madre reconoció que se acostaba sin vestimenta, pero aclaró que lo hizo sólo hasta que el chico cumplió tres años. Según la madre, darle el pecho, aun siendo tan mayor es una práctica recomendada por organizaciones partidarias de que sea el niño quien decida cuándo quiere dejarlo, lo que ya estaba empezando a ocurrir, según insistió.
Einhorn asegura que se trata de saber si el desarrollo normal del niño se ve menoscabado por la dependencia que le quiere imponer la madre y ha ordenado a los Servicios de Familia y Menores que investiguen a la familia. El próximo 27 habrá una nueva audiencia en los tribunales. Mientras tanto, el niño seguirá en la casa de la niñera.
Según una información recogida por el diario español El País, la antropóloga de Texas, Estados Unidos, Katherine Dettwyler, descubrió en una muestra reciente que de 1280 niños, 375 aún tomaban el pecho con cuatro años, 212 con cinco y 67 con seis.