La salud de los presos comenzó a mejorar luego de que decidieron suspender la huelga de hambre de más de cien días que venían realizando en pedido de una segunda instancia judicial, tal como lo había solicitado en varias oportunidades la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La decisión de terminar con la medida de protesta llegó luego de que el Poder Ejecutivo decidiera, el último 28 de diciembre, conmutar sus penas a través de un decreto de necesidad y urgencia. Anteriormente, a través del Ministerio de Justicia se había intentado solucionar el conflicto a través de las vías legislativa y judicial, posibilidades que se agotaron con un tajante fallo en contra de la Corte Suprema de Justicia.
La Cámara, entonces, dispuso el traslado de dos mujeres y tres hombres tras recibir el alta en el Santojani. Se trata de Claudia Beatriz Acosta, Gustavo Alberto Messutti, José Moreyra, Ana María Sívori y Sergio Manuel Paz.
Así, Acosta y Sívori retornaron a la Unidad Penitenciaria de Mujeres número 3 de Ezeiza, mientras que Messutti, Moreyra y Paz hicieron lo propio a la Unidad Penitenciaria número 19 de esa misma localidad bonaerense.
Desde el Ministerio de Justicia estiman que en los próximos días, dada la evolución que vienen experimentando en su estado de salud, podrían recibir el alta hospitalaria el resto de los detenidos, que comenzarán a salir en libertad a partir de mediados de 2002.
Enrique Gorriarán Merlo, líder del copamiento, y uno de los dos presos que no fue beneficiado con la reducción de las condenas –tampoco lo fue su mujer, Ana María Sívori-, deberá quedarse en el hospital hasta tanto se le realicen varios exámenes médicos, entre los que se encuentra una biopsia de un nódulo localizado en su pulmón derecho.
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