Ante la noticia de que saldrían desde Francia dos nuevos barcos de la empresa Pacific con destino a Japón –uno de ellos sólo será el escolta-, el abogado Carlos José Díaz amplió la información y volvió a interponer ayer un recurso de amparo con el objetivo de que la Justicia ordene otra vez al Gobierno que le impida el paso a los buques si pretenden dirigirse hacia el océano Pacífico a través del Cabo de Hornos, trayecto que recorrió el Pacific Swan.
La pretensión de Díaz es que se cumpla con la prescripción del artículo 41 de la Constitución Nacional, uno de los “Nuevos derechos y garantías”, que establece que “se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuo actual o potencialmente peligroso, y de los radiactivos”.
El abogado solicitó que de manera urgente se reitere la comunicación al Ejecutivo, “bajo apercibimiento de pasar las actuaciones al Fuero Penal en caso de desobediencia”. También advirtió que se deberá pedir a Cancillería si ha recibido información de nuevos viajes de naves transportando residuos peligrosos.
Díaz se mostró preocupado por “la desobediencia del Poder Ejecutivo a la orden judicial de la medida cautelar dispuesta por la Sala de feria de la Cámara de Apelaciones, que ha dejado inaugurada la plena impunidad para los transportistas de materiales radioactivos”.
Por su parte, los ocho ecologistas detenidos por obstaculizar un convoy de material nuclear desde la fábrica de La Hague al puerto de Cherburgo –donde se embarcará hacia Japón- fueron puestos en libertad en pocas horas. Según Greenpeace, el transporte consiste en “230 kilos de plutonio, suficientes para fabricar veinte bombas atómicas”.
Sin embargo, la Compañía General de Materiales Nucleares (Cogema), dueña de la fábrica, asegura que se trata de uranio empobrecido y plutonio “sin calidad militar”, para ser utilizadas en una generadora eléctrica en Tokio.De todas formas, Greenpeace asegura que no se trata sólo de alertar sobre la peligrosidad de un transporte que recorrerá 30 mil kilómetros, sino de impedir que se produzca “un nuevo fraude”. Según sus informaciones, un envío anterior de Francia a Japón, en 1999, acabó en el Reino Unido.
Está previsto el embarque del material en el Pacific Pintail, de bandera británica, que arribará al puerto francés para partir a oriente, siguiendo presuntamente la misma ruta del Pacific Swan. Un segundo navío, el Pacific Teal, aguardará al otro barco fuera de las aguas territoriales francesas, para escoltar al primero.
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Otro recurso de amparo contra barcos con residuos radioactivos 17/01/2001