La magistrada que restituyó a sus familias originales a decenas de chicos hijos de desaparecidos reclamados por las Abuelas de Plaza de Mayo, se quejó respecto de esas versiones, ya que según indicó "me desestabilizan el juzgado electoral, en el que tengo 230 personas a cargo".
Con tono risueño, la juez dijo que ella no iba a hacer como (Gustavo) “Literas, que dijo que no se iba y se fue", como una forma de graficar su decisión de quedarse en el cargo, en un año de intensa actividad electoral.
En diálogo con los periodistas acreditados en Tribunales, Servini sostuvo que los versiones sobre su renuncia "surgieron de una fiscalía" que no quiso revelar, a la vez que estimó que "existen un montón de candidatos que están haciendo cola para ocupar mi cargo".
Respecto de su jubilación, la juez que procesó en su momento al presidente del Banco Central, Pedro Pou, por la caída del banco Basel, recordó que al cumplir los 60 años inició los trámites "para tener derechos adquiridos" de modo normal, pero aclaró que esa decisión no implicaba un alejamiento inminente del cargo, que en los hechos, y visto desde otro ángulo, implicaría pasar a percibir el 70 por ciento de su actual salario.
Servini de Cubría ganó protagonismo cuando a principios de los noventa procesó y puso en prisión a la ex secretaria de audiencias y cuñada del ex presidente Carlos Menem, Amira Yoma, en medio del escándalo conocido como el "Narcogate", por maniobras de lavado de dinero proveniente del narcotráfico.
La magistrada tiene una destacada actuación en la restitución de los hijos de desaparecidos, en lo que se conoce como "casos puntuales" de sustracción y supresión de identidad de criaturas nacidas en cautiverio.