El orden que establece el dictamen de mayoría elaborado por los consejeros Humberto Quiroga Lavié y Eduardo Orio, impone en primer lugar al juez del Tribunal Oral Nacional 23 Héctor Magariños; luego al juez federal Gabriel Cavallo y en un tercer puesto al Director de Investigaciones de la Oficina Anticorrupción que depende del Ministerio de Justicia, Manuel Garrido. Este dictamen tiene una disidencia planteada por el juez en lo comercial Javier Fernández Moores quien propuso en lugar de Garrido al juez de instrucción Jorge Rimondi, siendo esta postura acompañada por los integrantes jueces de la Comisión. “Con seguridad el orden que será votado esta tarde será el propuesto por el dictamen de la mayoría: Magariños, Cavallo y Garrido”, adelantó el consejero Orio a Diariojudicial.com.
El letrado también detalló que fue lo mejor de la entrevista personal de los postulantes. “En el caso de Cavallo la prueba de oposición fue sólida y contundente”, señaló. “Por ejemplo cuando se le preguntó al juez si permitiría realizar requisas a mujeres para el ingreso a las cárceles, mediante el control en sus zonas pudendas, el juez con solidez contestó que no, y que existían otras medidas de control, porque ese tipo de requisas eran violatorios a la honestidad de las personas”. También Orio, indicó que Cavallo estuvo “muy bien en las respuestas sobre principios de Derecho Constitucional, jurisprudencia de la Corte, amnistía y jurisdicción con extradición”.
Por otra parte, el juez Cavallo dijo que quería ascender al cargo de camarista porque “hacía 3 años que estaba a cargo de tres juzgados federales, el suyo más el de sus ex pares de ese fuero Norberto Oyarbide y Carlos Branca, lo que le insumía mayor actividad, estrés y no podía dedicarse a la actividad académica”.
Orio también se refirió al caso de Magariños, y explicó que “el integrante del Tribunal Oral reúne caracteres de un juez de Cámara y, además tiene recursos técnicos y un conocimiento amplio en la especialidad, que demostró cuando discutió con el diputado Miguel Angel Pichetto sobre temas doctrinarios, donde se defendió con solvencia”.
“Nosotros le preguntamos porqué se había postulado si tiene rango de camarista” recordó el consejero, a lo que Magariños contestó que “se postulaba por su vocación y porque en la Cámara se instruyen otros delitos más complejos que no se tienen en cuenta en el Tribunal Oral”.
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