01 de Julio de 2024
Edición 6996 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 02/07/2024

Nicolás Becerra: Yo no estoy en las cajas, las pueden dar vuelta que no van a encontrar ninguna transferencia a mi nombre.

 
Dice que unir a los fiscales, de diferentes arcos ideológicos, no es tarea fácil. Como si fuera aquel Juan Perón caracterizado por la sutil articulación de izquierdas y derechas, la dificultad que asume Nicolás Becerra, Procurador General de la Nación, se evidencia tras el abandono de Maximiliano Rusconi, ahora ex Director de la Ufitco, que renunció en medio de una fuerte interna en el Ministerio Público, pero rescatando la figura de Becerra.

El jefe de los fiscales anunció para fin de año un proyecto de reforma procesal encaminado hacia un sistema acusatorio que entierre definitivamente el modelo inquisitivo, y dijo que los grandes planes no se pueden realizar porque se pierde tiempo con las reformas procesales.

Sin embargo, sorprendentemente, Becerra se hizo cargo del consenso que permitió la sanción de la ley que otorgó mayores atribuciones a la policía al asegurar que presentó un dictamen que moderaba las posiciones enfrentadas de Rusconi y de Raúl Plee, fiscal de la Cámara de Casación.

El Procurador no descartó que fuera a dejar su cargo, aunque aseguró que no es una idea a corto plazo; y acusó a los jueces que intentan “castigar” a los fiscales que molestan a través de la delegación de las investigaciones (por el artículo 196).

Ante la previsible resistencia de un amplio sector del Poder Judicial frente a la iniciativa de avanzar hacia una más pura acusación, que implicaría una notable quita de poder, Becerra se preguntó, sin poca ironía, "¿qué más poder que aquel que garantiza el debido proceso legal?".


Diariojudicial.com: ¿Cuán importante fue la reforma de la Constitución en 1994 para la Procuración con la incorporación del artículo 120?

Nicolás Becerra: La reforma introdujo en el capítulo IV al Ministerio Público después de los tres poderes clásicos. Algunos lo definen como órgano extrapoder, otros como el cuarto poder...

Dju: ¿Y usted qué cree?

NB: Que no interesa mucho la naturaleza jurídica... Ya están los tres poderes, y por eso me inclino más en pensar que es un órgano extrapoder. Lo que sí importa son la autonomía y la independencia que la Constitución le confiere en el artículo 120, que con la autarquía financiera han delineado un organismo con perfiles propios, distintos al que estábamos acostumbrados a ver en la historia argentina, donde los procuradores oscilaban desde la órbita del Poder Judicial a la del Ejecutivo, según las décadas, los gobiernos y los momentos políticos, aunque siempre finalmente quedaban bajo la decisión política del Poder Ejecutivo. Si le agregamos la estabilidad, e inmovilidad de los magistrados que lo integran completamos los requisitos necesarios para que un fiscal hoy en día actúe con absoluta autonomía e independencia, porque además está seguro de que sólo puede ser removido por mal desempeño en el ejercicio de sus funciones.

Dju: Ya que habla de la autonomía, hay un murmullo colectivo que da cuenta de un cambio en la relación Justicia-Ejecutivo a partir de la asunción del actual Gobierno. Usted vivió ambas experiencias. ¿Avala esa teoría?

NB: En lo que respecta a los fiscales, en los últimos cuatro años, y especialmente desde que se sancionó la ley reglamentaria del artículo 120, hemos delineado un Ministerio Público inédito, donde los fiscales han empezado a adquirir una cultura distinta de aquella que prácticamente los identificaba con el Poder Judicial. Hoy, los fiscales ingresan con un sistema de selección propio, son expulsados mediante un jury de enjuiciamiento también propio, existe una organización perfectamente montada que ejerce la superintendencia y que maneja y ejecuta su propio presupuesto. Además creamos la oficina integral de asistencia a la víctima y los fiscales hoy están sometidos a una gran oferta de capacitación a través de los convenios con distintas universidades y con la secretaría de Justicia de Estados Unidos. Todo esto perfiló una nueva cultura en la que la sociedad advierte que los fiscales transitan claramente el andarivel de la independencia y la autonomía. Además, creo que todos los operadores de la administración de Justicia también se van incorporando a los beneficios que genera la práctica del ejercicio democrático. No sin mucho esfuerzo poco a poco se va notando un mejoramiento gradual en todos los órdenes de la administración de Justicia.

Dju: ¿Entonces los cambios no están marcados por un punto de inflexión?

NB: Así es, se trata de un proceso que recién empieza y que todavía tiene mucho por ofrecer para mejorar el sistema de administración de Justicia.

Dju: El Informe Anual de la Procuración da cuenta de una importante cantidad de proyectos...

NB: Y lo más importante es que el Procurador General rinde cuentas el 1 de marzo a través de ese informe, en oportunidad en que el presidente inaugura las sesiones ordinarias en el Congreso. Creemos que hemos cumplido un ciclo en estos cuatro años en los que fui Procurador General, que es la conformación orgánica, institucional, reglada del Ministerio Público con perfiles propios y distintos al Poder Judicial.

Dju: ¿Qué falta?

NB: Un proceso más, que implica un avance cualitativo, que es lograr que gradualmente los fiscales vayan asumiendo la dirección de la investigación en materia penal y los jueces se vayan convirtiendo también gradualmente en jueces de garantía del debido proceso legal.

Dju: ¿Tiene como ambición llegar a un sistema acusatorio pleno?

NB: No, por eso digo gradualmente. Sí creo que debemos abandonar el sistema inquisitivo y a medida de que nuestros fiscales se vayan capacitando y se vayan incorporando recursos para poder ser directores de la investigación, y se incorporen principios procesales como el de oportunidad, necesarios para agilizar la administración de Justicia en materia penal, paulatinamente vamos a ir experimentando paulatinamente ese cambio de un sistema inquisitivo a uno acusatorio. En ese andar veremos cuál es el punto adecuado, si se tratará de un sistema acusatorio puro o no el que se adecua a la idiosincrasia y a la cultura de nuestra administración de Justicia. Creo que es necesario hacer ese cambio.

Dju: ¿La delegación de la instrucción en los fiscales por decisión de los jueces, y ahora la de las causas de autores no identificados (NN) en los fueros correccional y de instrucción es un camino hacia allí?

NB: Es un principio de ese camino, pero no se maneja con ningún parámetro racional, porque hay jueces que delegan todo, otros que no delegan nada, y otros que a veces la usan como un castigo a aquel fiscal que apela algunas resoluciones, conducta que a veces no satisface a algunos magistrados.

Dju: Qué extraña forma de castigo...

NB: Implica recargarles trabajo abruptamente e inopinadamente, lo que para algunos es una forma de castigo.

Dju: Si usted fuera fiscal de instrucción, ¿lo tomaría como un castigo?

NB: Hay algunos que lo toman como un castigo -asegura el Procurador con una leve sonrisa que deja trascender algo de ironía y que se prolonga en un silencio-.

Dju: ¿Cómo cree que puede llegar a tomar la corporación judicial, de raigambre tradicionalista, un camino más intenso hacia un sistema acusatorio, que implicaría sin duda una quita de poder?

NB: Creo que las expresiones de los magistrados del Poder Judicial con relación a este cambio son de resistencia. Algunos entienden que es una quita de poder, pero yo no estoy de acuerdo, porque si se hace equilibrada y razonablemente de ninguna manera habrá quita de poder. El verdadero poder va a seguir siempre estando en manos de los jueces, y si no, qué más poder que aquel que garantiza el debido proceso legal. ¿Qué más poder?

Dju: Siempre depende desde qué óptica se vea el poder...

NB: Obviamente. Yo lo estoy viendo desde el ejercicio de una magistratura que tiene por objeto garantizar principios constitucionales.

Dju: Respecto de la delegación de las causas de autor desconocido, ¿se sorprendió con la forma en la que salió aprobada la ley?

NB: Esperábamos una ley que delegara en los fiscales la investigación de los delitos de autores desconocidos o NN en materia correccional solamente, y que la ley también dispusiera la asignación de recursos para hacerse cargo de esa tarea adicional, pero fue sancionada con la competencia de instrucción también y omitiendo lo más importante, que era la asignación de recursos. Hicimos algunas gestiones con el Ministerio de Justicia para solucionar esta situación que abruptamente comenzó a regir, porque una vez que entró la ley en vigencia los jueces comenzaron a mandar los casos NN. Hablamos con la Corte Suprema, para que a través de una acordada dilatara la puesta en funcionamiento, pero todo el mundo le dejó la tarea al Ministerio Público. Y una vez más, una vez más -enfatiza Becerra a través de las repeticiones- el Ministerio Público se hizo cargo, rápidamente salió al cruce de esa nueva obligación sin recursos adicionales y haciendo una modificación de sus asignaciones presupuestarias dentro de lo que la ley permite, generando un mecanismo ágil y eficiente pergeñado por una comisión de fiscales. Y ni siquiera hemos conseguido la ayuda de que se nos asigne un inmueble por parte del Poder Ejecutivo. Finalmente también nos hicimos cargo y conseguimos el inmueble, asignado por el Ejército Argentino.

Dju: ¿Cuán importante puede llegar a ser esta oficina?

NB: No queremos que sea un mero mecanismo de descongestión de los juzgados y de las fiscalías en general, queremos a través de un sistema informático adecuado poder llegar a la individualización de autores de delitos que antes eran desconocidos.

Dju: Cuando salió la ley sin el presupuesto usted predijo un colapso en las fiscalías (con la llegada del 60 por ciento de las denuncias que llegaban al fuero de instrucción y el 40 del correccional)...

NB: Y sí, pero logramos crear un mecanismo original, en el que la experiencia de los fiscales sirvió de mucho porque ellos vislumbraron un mecanismo bastante idóneo para hacer frente a esta situación con éxito.

Dju: Bajo su órbita tiene una cantidad de funcionarios de alto nivel, y hasta de extracciones ideológicas muy distintas...

NB: El arco ideológico de los integrantes del Ministerio Público tiene un ángulo de 180 grados, es como un parabrisas.

Dju: ¿Usted es una especie de Perón en la Procuración?

NB: No, no. Soy un Procurador al que le ha tocado estar en una etapa fundacional, con el privilegio de instrumentar, organizar y poner en funcionamiento un nuevo Ministerio Público, y ha batallado para que sus integrantes adquieran la cultura de la independencia. Ya no vamos a escuchar a los jueces hablar de "mi fiscal", como sucedía en otras épocas. Ahora los fiscales se paran desde otra posición: frente a la administración de justicia y frente a la sociedad, y esto es público y notorio.

Dju: Cuando se critica desde el Poder Político a un fiscal como Carlos Stornelli, ¿se pone en juego la independencia de los fiscales?

NB: Algunos se quejan cuando un fiscal tiene un protagonismo preponderante. Yo creo que lo importante no es la preponderancia en el protagonismo del fiscal, sino su objetividad, su absoluta independencia, y es muy importante que no se ejerza ningún tipo de presión. No habrá ningún fiscal que diga que el Procurador lo presionó en alguna causa determinada, y esto se puede indagar. Muy por el contrario, ha habido causas complejas donde lo único que se ha hecho desde la Procuración es coadyuvar con algún refuerzo material o instrumental para que esa tarea pueda ser desarrollada con mayor eficiencia.

Dju: Cuando apoyó expresamente al fiscal Stornelli, ¿fue un apoyo funcional o en el contenido de su actividad?

NB: El contenido de su actividad es recurrible por las vías procesales pertinentes. Cuando yo apoyo a un fiscal lo hago para que no se vea perturbado en el ejercicio funcional. Si está perturbado por una intromisión indebida no es útil para nadie.

Dju: Hace tres semanas un ministro de la Corte aseguró que si se juntaba a delinquir con otros dos de sus colegas, eso no era más que una asociación ilícita por más que estuvieran a la cabeza de la función judicial del Estado. ¿Cree que puede darse lo mismo en otro poder del Estado?

NB: No lo voy a contestar porque seguramente deba dictaminar cuando la Corte me corra vista en alguna de estas cuestiones relacionadas con la tipificación de la asociación ilícita, como delito presumiblemente cometido por particulares o por funcionarios del Estado. Tengo mi opinión, pero no la puedo anticipar.

Dju: ¿Por qué cree que siempre llegan las iniciativas desde el Ministerio Público? ¿Por qué tienen que hacerse cargo?

NB: Porque tenemos iniciativas y estamos permanentemente, casi en una forma hiperkinética, buscando nuevos desafíos para mejorar la administración de Justicia.

Dju: Parece prácticamente en campaña...

NB: No, no.

Dju: Se lo digo porque fue muy fuerte un rumor sobre su posible candidatura como gobernador de su provincia, Mendoza.

NB: No, de ninguna manera. Aprovecho para contar muchas cosas que hemos hecho en silencio, con mucha tenacidad y esfuerzo.

Dju: ¿Tiene aspiraciones políticas más allá de la importancia del cargo que está ejerciendo?

NB: Mientras esté en el ejercicio de esta función, me mantengo absolutamente aséptico con relación a la actividad política. Si llega el día en que me vuelve a inquietar nuevamente, lo primero que haría sería renunciar a mi cargo de Procurador.

Dju: También revolotearon media docena de nombres para sucederlo...

NB: Cuando se hizo cargo del Gobierno el presidente Fernando de la Rúa, y después de que pasaran algunos meses, le puse a disposición mi renuncia al cargo pero más bien fue en una actitud de tipo democrática. Pero con la misma actitud democrática y republicana el presidente no sólo me dijo que no lo pensara, sino que genuinamente él cree en la continuidad de las instituciones.

Dju: ¿Cuando habla de la actitud democrática se refiere al signo político?

NB: Exactamente, uno quizás piensa que los ciclos en el ejercicio de la función deben renovarse y no deben prolongarse, porque de esa manera entran nuevos aires y se oxigenan las instituciones, pero por otro lado la Constitución y la ley han pensado en un Procurador que tenga permanencia, y para eso se le exige un acuerdo dos tercios en el Senado. Yo soy el primero que pasó por esa circunstancia, y creo que las dos cosas son buenas: oxigenación, y permanencia. El equilibrio de los tiempos es el justo medio que hay que satisfacer.

Dju: O sea que es una cuestión de tiempo, porque usted no tiene pensado perpetuarse.

NB: De ninguna manera.

Dju: Entonces sí tiene otros planes para su vida política...

NB: No necesariamente. Yo soy abogado y mis tres hijos también lo son, y por ahí se pasa la vida y uno se pierde de grandes oportunidades, como la de trabajar con sus propios hijos. Son distintas épocas, yo llegué a la Procuración con una experiencia desarrollada para ejercer el timón de esta institución, que es unipersonal, que marca ideológicamente en los dictámenes del procurador el pensamiento de los intereses generales de la sociedad en distintos temas. Y así como impulsamos el derecho a la verdad, también lo hicimos con el parto inducido de una embarazada que sabía a ciencia cierta que su hijo iba a nacer prácticamente muerto. Todas esas improntas que uno cree que debe plasmar en un dictamen ante la Corte Suprema porque está representando los intereses de la sociedad en el marco de la legalidad, y que luego se ven reflejados en los fallos del más alto tribunal, a uno realmente le calan hondo y le producen una satisfacción muy especial. He sido bastante innovador en muchas cosas.

Dju: Ha hecho un convenio con la Secretaría de Justicia de Estados Unidos, un país con un sistema acusatorio mucho más avanzado, ¿es el espejo?

NB: Obviamente. Además el proceso penal está muy simplificado, no se juntan tantos papeles como acá. De a poco las ideas y los ejemplos empiezan a ser tomados en cuenta, y con la propia idiosincrasia argentina, se generan sus propias particularidades, y yo creo que tendremos un sistema de administración de justicia en los próximos años mucho más eficiente; acá de lo que se trata es de la eficiencia. Ni mayor inflación penal ni menor inflación penal: mayor eficiencia y eficacia.

Dju: Hablando de inflación penal, ¿ cuán importante cree que son las reformas al código procesal penal que tanto influye en el trabajo de los fiscales penales, sobre todo respecto del aumento de las atribuciones a la policía?

NB: Creo que las reformas procesales sancionadas de acuerdo a los proyectos del Ejecutivo fueron bastante equilibradas, razonables. Obviamente hubo dos posturas: una que quería para la policía gran cantidad de facultades, mientras que otra opinaba que la policía debía tener las facultades que tenía y nada más. Creo que el proyecto y la sanción de los legisladores fue armonizando ambas posiciones, y en definitiva quedó una reforma bastante equilibrada.

Dju: Hubo en la Comisión...

NB: Fiscales que pensaban distinto y que fueron allí.

Dju: Estuvieron Maximiliano Rusconi (recientemente renunció como Fiscal General de Política Criminal y Director de la Ufitco) y Raúl Plee (Fiscal de la Cámara de Casación).

NB: Exactamente, pero finalmente yo hice llegar también mi propia opinión.

Dju: ¿Y cuál fue su opinión?

NB: Un mix, un consenso.

Dju: ¿Cómo es que decía Perón?

NB: (Becerra esboza una sonrisa) Todo en su medida y armoniosamente.

Dju: Y finalmente fue la que prevaleció...

NB: Así es.

Dju: ¿Qué importancia le asigna al informe con 55 casos elaborado por la Comisión de Investigación de Procedimientos Policiales Fraguados, que se presentó en la Comisión de Legislación Penal de Diputados?

NB: Es muy importante para todos, para los justiciables, para la propia policía, que tiene sus propios mecanismos de control de aquellos funcionarios que no cumplen con la ley. Estas investigaciones, en la medida de que ponen en evidencia y juzgan conductas inapropiadas por parte de funcionarios, bienvenidos por todo el mundo. Yo creo que las autoridades policiales también son concientes de que es un beneficio para la institución, que cada día asume desafíos más graves, y que con estas reformas, al asumir mayores facultades también deberá tenerse en cuenta que deberá otorgársele mayores y mejores instrumentos para ejercer esas facultades. Hoy y siempre la policía ha sido la cara visible de la justicia frente a la sociedad: donde se encentra la sensación de justicia. El mejoramiento de las facultades, el instrumental y el de recursos humanos va a hacer que vayamos en busca de una mejor policía.

Dju: Hay doctrinarios de derecho penal que le asignan tal importancia a la policía que dicen que de alguna manera le deja poco espacio de decisión al resto de las agencias judiciales, en cuanto a la selección de los criminalizados.

NB: En la medida en que hay una buena policía eso es cierto.

Dju: Pero en general esta selección no es justa.

NB: Siempre se corre ese peligro. Pero bueno, en nuestro sistema, y como estamos, creo que los esfuerzos por mejorar el servicio policial debe ser permanente. Porque además la delincuencia, que también es permanente, cada vez es más proficua y más compleja, y muchas veces la situación social genera delincuencia adicional: la necesidad a veces tiene cara de delincuencia.

Dju: Hay un proyecto muy interesante en el Informe Anual en el que se proponen turnos de 24 horas en las fiscalías en la recepción de denuncias, lo que pondría al Ministerio Público como cara más visible ante la sociedad, desplazando de a poco a la policía.

NB: Esa es nuestra intención. Que si bien la policía es la cara más cercana al ciudadano, en orden a la Justicia no lo sea, y en ese tenor es muy importante el rol de los fiscales. Estamos debatiéndonos culturalmente entre aquel fiscal que debe salir hacia la sociedad y generar una relación propia con ella y con las organizaciones que la integran, y aquel otro que a imagen y semejanza de los jueces genera una actividad de dictamen, recoleta, diría. Donde su acción funcional es muy parecida a la de los jueces. Estas dos opiniones marcan criterios muy agudos dentro del arco ideológico de los fiscales, y convivir con ellos no es tarea fácil, pero es mi obligación conducirlos e ir buscando los puntos de equilibrio. Nunca se sabe bien quién es el dueño justo de la verdad. En este terreno hemos estado haciendo experiencias de descentralización, como en Saavedra, un plan piloto para mil manzanas.

Dju: Tuvo mucha oposición.

NB: Y también mucha aceptación.

Dju: ¿Cuál fue el dictamen del Procurador?

NB: Fue continuar con la experiencia piloto pero con costo cero, porque al principio hicimos un esfuerzo presupuestario para dotar a esa fiscalía de recursos mayores que los de una corriente. Pero como muchas de las acciones pasan por el resorte presupuestario, en un momento decidimos dejar sin efecto esa experiencia. Y ahí apareció la aceptación de las organizaciones vecinales, sociales y de las evaluaciones que hicimos nosotros desde nuestro punto de vista. Esto motivo un convenio con la Ciudad de Buenos Aires, que nos permitió anular los costos.

Dju: ¿Qué papel podrá jugar el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en la multiplicación de esa experiencia?

NB: Creo que este va a ser un año de transición, estamos perdiendo tiempo. Lo hemos perdido en las reformas procesales y en la ejecución de algunas experiencias que podría se interesante poner en funcionamiento. Pero bueno, es un año de recesión, y parece ser que también incluye a las iniciativas y a la puesta en funcionamiento de los cambios. Hay que tener en cuenta también que es un año electoral, lo que también genera una distracción. Este año de transición nos va a permitir juntar acumular una serie de proyectos e iniciativas para ponerlas en la vidriera a fin de año.

Dju: ¿Esta anunciando una reforma estructural?

NB: Exactamente, una propuesta de reforma procesal, que propondrá un pequeño avance al sistema acusatorio.

Dju: ¿Tiene alguna otra precisión?

NB: Se está estudiando.

Dju: Quedó vacante la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas luego del fallecimiento del doctor Jorge Pinzón...

NB: Ya estamos instrumentando el llamado a concurso. Es una buena oportunidad para rendirle homenaje a tan distinguido magistrado, que hace diez años que ejercía su función. Un hombre bueno, decente, querido.

Dju: ¿Puede opacar a la Oficina Anticorrupción una revitalización de la Fiscalía?

NB: Yo envié un proyecto al Congreso, creo que la Fiscalía debe funcionar como Oficina Anticorrupción.

Dju: ¿Cuánto pueden llegar a tener que ver las internas políticas en Mendoza con su acusación como integrante de las listas de depositantes bancarios que aparecen en las cajas enviadas por el Senado de Estados Unidos?

NB: Yo estoy un poco alejado de la política mendocina. Pero hay una investigación de un legislador mendocino del Partido Demócrata (Gustavo Gutiérrez), con relación al Banco República, y a partir de ahí algunas difamaciones. Por ejemplo, algún periodista me mencionó como probable persona incluida. Pero la realidad ha demostrado todo lo contrario. Soporté estoicamente el momento y la verdad siempre aparece. Yo no estoy en las cajas, las pueden dar vuelta que no van a encontrar ninguna transferencia a mi nombre.

Dju: Hace poco salió en un diario una rectificación, ¿es una satisfacción?

NB: Nunca, porque una mala fe rectificada a uno lo deja mal, porque siempre hubo una mala fe. Quiere decir que alguien tuvo algo con uno.

Dju: ¿Cree que sale fortalecido?

NB: Si uno necesita pasar por un cedazo de esta naturaleza para salir fortalecido no se lo deseo a nadie. Creo que la mayor fortaleza en este momento como Procurador es la adhesión y el consenso que tengo con todos los fiscales.

Dju: ¿Son una gran familia? ¿La familia fiscal?

NB: De alguna manera sí.



luciano hazan / dju
Estimado colega periodista: si va a utilizar parte esta nota o del fallo adjunto como "inspiración" para su producción, por favor cítenos como fuente incluyendo el link activo a http://www.diariojudicial.com. Si se trata de una nota firmada, no omita el nombre del autor. Muchas gracias.

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